Estudiantes y docentes de la Universidad Nacional de Rosario diseñaron una nueva forma de utilizar la sacarosa para la cicatrización rápida de heridas leves, mediante una serie de esferas gelatinosas que encierran el azúcar y evita los derrames innecesarios.
Mucho se conoce sobre el azúcar, ese granulado blanco, temido por los diabéticos y amado por los glotones. Sus usos se remontan más atrás de los primeros libros de cocina de Doña Petrona, donde en cada pastel siempre había una pizca de azúcar. Uno de sus secretos se esconde detrás de sus propiedades fisicoquímicas.
Justamente uno de los remedios caseros más conocidos que se utiliza para curar heridas leves es el azúcar, dado que al deshidratar las células no permite que las bacterias se reproduzcan y, por tanto, evita su propagación. Sin embargo, la deshidratación ocurre tanto para las células vivas como para las que generan la infección.
Para evitar derrames innecesarios y perjudicar los tejidos sanos un grupo de investigadores y docentes de la Universidad Nacional de Rosario diseñaron una serie de esferas gelatinosas de alginato para encerrar el azúcar y evitar el resecamiento alrededor de la herida.
“En las clases del taller de física que impartimos en la universidad comenzamos a investigar las propiedades del azúcar, dado que en Cuba y Brasil existen estudios sobre el azúcar y sus propiedades antibacterianas”, aseveró Stella Maris Bertoluzzo, docente e investigadora del CONICET.
“La idea de comenzar a trabajar con la sacarosa es, principalmente, lograr entender las propiedades físicas que tiene este producto, como su actividad óptica, es decir, al poseer carbonos asimétricos tienen la propiedad de hacer rotar el plano de la luz polarizada que atraviesa sus soluciones”, explica Bertoluzzo.
Las cápsulas se prepararon a partir de una solución de alginato de sodio al 3% al que se le agregó el azúcar. Con esta investigación, se potenciaron sus propiedades antibacteriana, antiexudativa, desedematizante, desodorante y potenciadora de nuevos capilares, sin ningún efecto secundario.