Sabemos que la muerte es inevitable, va a ocurrir, no podemos cambiar la realidad. Y hay un sector de la salud que busca ayudar a aceptarla y a mirarla de otra manera, transitar de cerca este camino que recorren el paciente y su familia. Un grupo de especialistas que nos sumamos a un viaje que ya está ocurriendo, con el fin de otorgarles las herramientas que necesitan, de tal manera que ese transitar sea lo más confortable posible. No los acompañamos a morir, sino a vivir hasta el final.

Los cuidados paliativos son la atención integral centrada en acompañar a los pacientes y sus familias que atraviesan enfermedades graves que limitan su día a día, para mejorar su calidad de vida. Y que el final llegue de la mejor manera para ese paciente y esa familia en particular, organizando todos nuestros cuidados en base a lo que ellos necesitan. En otras palabras, queremos brindar un cuidado más humanizado.

En el final de la vida los pacientes necesitan un seguimiento tan delicado y cariñoso como el que precisa el niño que acaba de llegar a este mundo. La enfermería paliativa, experta en detalles, acompaña a los pacientes a cerrar sus biografías: nos convertimos en sus confidentes, entendemos a los enfermos y sus familias como personas con muchas dimensiones (física, psicológica, social y espiritual), y nos proponemos acompañarlos desde cada una de ellas. Pero el trabajo se realiza en conjunto con otras disciplinas para aliviar el sufrimiento.

Quienes formamos el equipo interdisciplinario tenemos la oportunidad de aprender de los pacientes y sus familiares, nuestros grandes maestros. Desde por cómo llevan adelante la enfermedad y el sufrimiento, hasta por el conocimiento que poseen; ya que, en el final de la vida, las personas se vuelven muy sabias y generosas. Damos mucho, pero recibimos mucho más.

Cambiar la mirada sobre los últimos días de la vida y de la muerte, este es el fin último de los cuidados paliativos.

María del Pilar Mendiguren

Dejar de lado la imagen del paciente solo, en la cama, sufriendo, por la de un paciente tranquilo, con música, con síntomas controlados, de la mano de quienes lo han acompañado toda su vida y con un equipo de salud atento a cualquier necesidad. Todo en un ambiente de mucha paz y vida.

Gracias a la reciente aprobación de la Ley de los Cuidados Paliativos, la Argentina se convirtió en uno de los pocos estados que cuenta con una legislación de este tipo y, si bien resta su implementación, este logro nos vuelve un poco más visibles. Según la Organización Mundial de la Salud, solo el 12 % de los adultos y niños que necesitan cuidados paliativos puede acceder a ello. Este es nuestro desafío. Trabajar para que ese porcentaje aumente y sean cada vez más quienes están acompañados hasta el final.

La experiencia del dolor y la necesidad de sanar unen a los seres humanos en todo el mundo. Todos merecemos ser cuidados de la mejor manera en el final de la vida. Todos merecemos una vida digna hasta el final.

María del Pilar Mendiguren | Profesora de Cuidados Paliativos de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.