El procedimiento consiste en pasar una sonda delgada y flexible en un conducto o cavidad corporal, siendo los más conocidos los cateterismos cardíacos. En los últimos 15 años se duplicó el número de intervenciones.
En Argentina se realizan 240 mil procedimientos de cateterismo por año, es decir, “una intervención cada dos minutos”, según el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) que este año está festejando los 50° años del inicio de la Cardioangiología Intervencionista en el país.
“Este año festejamos el 50° aniversario del inicio de la Cardioangiología Intervencionista en la Argentina, una especialidad en franco crecimiento que realizan, de manera mínimamente invasiva, unos 240 mil procedimientos cada año en nuestro país -entre diagnósticos y terapéuticos-, lo que representa en promedio una intervención cada 2 minutos”, dijeron desde el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) en un comunicado.
El cateterismo cardíaco es un procedimiento que consiste en pasar una sonda delgada y flexible (catéter) en un conducto o cavidad corporal, siendo los más conocidos los cateterismos cardíacos, que recorren desde la ingle o el brazo hasta el lado derecho o izquierdo del corazón por la vía intravenosa.
Entre otros procedimientos por cateterismo, se destacan las coronariografías (estudio para diagnosticar obstrucciones), las angioplastias (intervenciones para desobstruir las arterias), los reemplazos de válvulas cardíacas y el abordaje de otros territorios como los miembros inferiores (para desobstruir trombos que pueden generar la pérdida total o parcial del miembro), las carótidas y hasta terapéutica intracraneal actuando a nivel cerebral, entre muchas otras prácticas terapéuticas.
El crecimiento de la especialidad ha sido exponencial: solamente analizando las coronariografías, se duplicó el número de intervenciones en los últimos 15 años. Este dato cobra mayor relevancia si tenemos en cuenta que, según las últimas cifras disponibles de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación, anualmente fallecen 97 mil argentinos por enfermedades del sistema circulatorio.
“Muchas veces, lo que empieza como un procedimiento diagnóstico mediante la introducción de un catéter deriva en la necesidad de realizar un tratamiento”, explicó el Diego Grinfeld, cardiangiólogo intervencionista, Presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
El crecimiento de la especialidad ha sido exponencial: solamente analizando las coronariografías, se duplicó el número de intervenciones en los últimos 15 años.
“La Argentina fue uno de los países pioneros en el uso de la vía radial (por una arteria o vena del brazo o pierna) como vía de ingreso de los procedimientos, lo que generó beneficios, no solo en términos de resultados sino en menores tiempos de recuperación luego de la cada intervención”, completó el Daniel Berrocal, miembro del CACI y expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
La utilización de la angioplastia se extendió a su vez a otros territorios vasculares tales como los miembros superiores, inferiores y arterias carótidas, convirtiéndose en modelo para la práctica de procedimientos en casos de cardiopatías congénitas, aneurisma de aorta abdominal y aneurisma disecante, entre muchos otros.
“De acuerdo con el registro voluntario de 150 centros acreditados por el CACI, en el año 2019 se realizaron 31.704 angioplastias transluminales coronarias (ATC); 6.858 angioplastias en pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM), 1.211 ATC con balón, 5.234 ATC con colocación de stents y 39.329 con colocación de stents liberadores de drogas”, consignó el ex presidente del CACI, Omar Santaera.
“Antes de la aparición de los stents, las obstrucciones coronarias se trataban en forma quirúrgica, con cirugía vascular ‘a cielo abierto’. A partir de la implementación de estos dispositivos, se pudieron realizar procedimientos más complejos mediante cateterismo, y, sobre todo, ampliar esta técnica hacia otros territorios”, subrayó Daniel Berrocal.
En 1966 llegó a la Argentina la coronariografía invasiva, que es el cateterismo selectivo de las arterias coronarias, para poder así visualizarlas.
De todos modos, fue Luis De la Fuente quien en 1971 le dio un fuerte impulso a la especialidad, comenzando a formar a la mayoría de los especialistas y jefes de servicio de Cardiología Intervencionista de la Argentina, por eso se considera que la especialidad cumple 50 años este 2021 en el país.