Mónica Nápoli, titular de “hablemos de doping y adicciones”, pidió celeridad en la realización de esos estudios para “poder asistir más rápidamente a quienes concurren a las guardias” debido a que “en el caso de que fuera fentanilo, tenemos como antídoto la naloxona”.
La médica toxicóloga Mónica Nápoli, titular de “hablemos de doping y adicciones”, destacó este jueves la importancia de conocer los resultados toxicológicos de las muestras de la cocaína presuntamente adulterada que provocó el fallecimiento de al menos 20 personas en la provincia de Buenos Aires.
“Es importante conocer los resultados toxicológicos (porque) estamos frente a una intoxicación masiva”, sostuvo la especialista, para quien “los médicos que están en las ‘trincheras’ trabajan para atender los síntomas y los bioquímicos están estudiando los productos decomisados para saber qué hay además de la cocaína dentro del polvo blanco que han comprado los consumidores”.
En ese marco, Nápoli pidió celeridad en la realización de esos estudios para “poder asistir más rápidamente a quienes concurren a las guardias” debido a que “en el caso de que fuera fentanilo, tenemos como antídoto la naloxona”.
Respecto a la posibilidad de que la cocaína se haya reducido con veneno para ratas, la especialista sostuvo que “los raticidas son productos que no tienen un efecto fulminante inmediato” como sucedió en estos casos.
“Puede ser cianuro o un producto derivado del opio” por cuanto “muchas veces se busca la asociación psicoactiva de varios productos para producir una experiencia diferente. Esto sería en búsqueda de una nueva experiencia para el consumidor”., consideró
Aclaró que si fuera fentanilo es raro que se use para “estirar la cocaína” porque “es una sustancia costosa” y con ese propósito se utilizan “cosas más baratas”.
“Puede haber varias sustancias de la familia de los opioides, pero es importante saber cuáles para poder atender a los internados”, agregó.
Por otra parte, en declaraciones a radio Provincia de Buenos Aires, Nápoli precisó que “el que elabora estos productos no es un bioquímico o un químico, sino alguien que lee una receta. Puede haber confundido un polvo con otro o haber confundido las dosis. Es decir, puede haber sido un error involuntario o alguien que pone algo para perjudicar a los consumidores”.
“Esto segundo -añadió- es algo impensable porque generalmente el que conoce sobre narcotráfico, sabe que no quieren que dejen de comprar.”
Finalmente, dijo que “es imposible que los consumidores puedan percibir las adulteraciones salvo que sean muy burdas porque generalmente no alteran ni el sabor ni el olor ni el color del producto, dado que eso generaría que todos se den cuenta, hasta sus realizadores. De hecho en los decomisos, lo único que se sabe es el color de los envoltorios, que es color rosa. No se sabe nada más”.