Los nuevos desarrollos buscan mayores facilidades a la hora de la producción, almacenaje y administración.
A diferencia de las que se encuentran en uso en todo el mundo desde fines de 2020, los nuevos desarrollos de vacunas contra el coronavirus buscan mayores facilidades a la hora de la producción, almacenaje y administración (por ejemplo orales o intranasales) y que ofrezcan una cobertura que avance sobre otros virus.
Estas son las llamadas vacunas de segunda generación que se están desarrollando y probando en todo el mundo, entre las cuales hay una de producción argentina que inicia la etapa de estudios clínicos.
“Hay necesidad de desarrollar vacunas que sean más fáciles de producir, almacenar, administrar, que sean más económicas, polivalentes (es decir que cubran más de una variante y las del momento) y combinables (Covid-Gripe o Covid-sincitial respiratorio)”, afirmó la infectóloga Miriam Rozenek.
Rozenek, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó que “a este grupo de vacunas que son nuevas o que se dan sobre los desarrollos previos y que buscan alguno o varios de esos objetivos se las conoce como vacunas de segunda generación” y dijo que “hay un montón de empresas que están desarrollando este tipo de vacunas con diferentes tecnologías”.
Según la base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al 29 de marzo había 153 vacunas en ensayos clínicos (pruebas en humanos) y 193 en etapa pre-clínica; aunque no todas ellas son de segunda generación.
“Algunos de estos desarrollos están más adelantados como la de Novavax, de Estados Unidos; la de GFK con Sanofi; de Medicago con Glaxo; la Covaxin (de Bharat, India) y una cubana del instituto Finlay, entre otras”, detalló Rozenek a la agencia estatal Télam.
Al profundizar sobre los diferentes objetivos, la especialistas explicó que “para que llegue más fácil, por ejemplo, en lugar de formulaciones que requieren ser refrigeradas se piensa en formulaciones liofilizadas (en polvo), como muchas que se utilizan y se reconstruyen en el momento de la aplicación; otras candidatas son vacunas adyuvantadas para personas mayores, con componentes que potencian la respuesta inmune”.
“También se están probando vacunas con administración diferente a la inyectable, como por ejemplo, orales o intranasales que buscan generar una respuesta inmune más parecida a la respuesta natural contra el virus salvaje que entra por vía respiratoria”, apuntó.