Cuando un bebé nace en forma prematura, un equipo multidisciplinario se encarga de su diagnóstico y tratamiento, y de darle la asistencia para que se alimente, respire y mantenga la temperatura corporal. Pero no todo el apoyo llega desde la medicina. En ese espacio, la familia tiene un rol protagónico: el contacto frecuente y piel a piel de los padres con el recién nacido facilita su camino hasta alcanzar la evolución que no terminó de desarrollar en el vientre materno. El contacto piel a piel con la familia, una intervención valiosa para la evolución de los bebés prematuros
De cada 10 nacimientos, uno se produce antes de la semana 37 de gestación. Estos niños requieren un cuidado médico especializado. Un nuevo paradigma promueve que los padres sean parte activa en este proceso y mantengan un vínculo cercano y constante con su hijo.
“Hay un cambio de paradigma en la atención de un recién nacido prematuro que apunta a garantizar la participación de las familias. Y para hacerlo, los Servicios de Neonatología deben incorporar desde el primer momento a los padres”, destaca la doctora Ana Pedraza, jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina. Esta modalidad es promovida por Unicef a través de las llamadas “maternidades seguras y centradas en la familia”, en las cuales no hay restricciones de ingreso ni de permanencia para los padres.
Promover este vínculo constante es el eje de la “Semana de la Prematurez”, que comienza este lunes 14 de noviembre, busca crear conciencia sobre los derechos de los niños y niñas que nacen antes de tiempo. “Este año el lema es ‘el abrazo de la familia, una terapia poderosa’ y hace hincapié en la importancia del contacto piel a piel en las unidades de cuidados intensivos neonatales, frecuente y, de ser posible, desde la primera hora de vida”, suma la doctora Patricia Subotovsky.
¿Por qué se busca favorecer el contacto cercano de los padres con sus hijos? “Es una intervención simple y segura con numerosos beneficios. En los bebés, mejora el control de la temperatura, la estabilidad fisiológica y el progreso de peso; y en las madres, aumenta la producción de leche y disminuye el estrés que genera el ambiente de la terapia neonatal”, agrega la experta, que es coordinadora del Servicio de Neonatología de la Suizo Argentina.
Para esto, destacan las especialistas, es importante romper con la vieja idea de que la “neo” es un espacio al que los padres ingresan solo algunas veces por día. Al contrario: es fundamental su libre acceso y su participación en los cuidados, para que sean parte del proceso. A la vez, esto genera otro beneficio: las familias se preparan desde el comienzo para cuidar el crecimiento y desarrollo de ese recién nacido, protegiendo su calidad de vida.
“Las unidades de cuidados intensivos neonatales deben ser amigables, con espacios físicos que permitan la integración de los padres y las familias. Es importante que se los incorpore en la toma de decisiones, manteniéndolos informados sobre la evolución de su hijo/a con explicaciones claras y adecuadas a la difícil situación que están atravesando. Los padres no son visitas sino parte del equipo que asiste a los bebés y son vitales en la evolución durante y luego de la internación”, apunta Subotovsky.
Uno de cada 12 nacimientos es prematuro
Los últimos datos registrados en la Argentina (2020) muestran que cada año nacen casi 45 mil bebés antes de completar las 37 semanas de gestación, por lo que se los considera prematuros según el parámetro establecido por la OMS. A nivel mundial, representan uno de cada 10 nacimientos. Esta cifra muestra una gran disparidad ya que, según cada país, oscila en una brecha amplia: entre 5% y 18% de los nacidos vivos.
“Si bien en los últimos años se evidencia en Argentina una disminución de la tasa de natalidad, la tendencia decreciente es más significativa en el total de nacidos vivos que en la de los RNPT (recién nacidos prematuros), que prácticamente se mantiene en los mismos porcentajes”, analiza la doctora Ana Pedraza.
“La mayoría de los bebés que nacen en forma prematura requieren internación neonatal con equipos humanos y servicios especializados. La atención debe ser personalizada y apropiada a las semanas de gestación, peso al nacer y condición clínica. Cuanto menor sea la edad gestacional o el peso al nacer, es mayor el riesgo de vida, de enfermedad y de complicaciones”, dice el Dr. Jorge Lezcano, coordinador del Servicio de Neonatología del Sanatorio de los Arcos
“Los avances médicos, tecnológicos, la capacitación del personal médico y de enfermería y la participación de la familia brindan a los bebés prematuros grandes posibilidades de sobrevivir y de gozar de una buena calidad de vida”, agrega Pedraza.
Factores de riesgo y pautas de prevención
Hay ciertas situaciones de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de tener un nacimiento prematuro. Entre ellas, las más importantes son:
- Haber tenido un nacimiento o trabajo de parto prematuro previo.
- Estar embarazada de mellizos.
- Tener problemas de salud a largo plazo, como una enfermedad cardíaca o una enfermedad renal.
- Fumar o usar drogas ilegales, como la cocaína.
- Complicaciones del embarazo como infecciones, presión arterial alta, diabetes, problemas de la placenta o poco tiempo de separación entre un embarazo y otro.
En cuanto a la prevención, lo principal es el adecuado control antes y durante el embarazo. “Las consultas prenatales precoces y periódicas permiten identificar factores de riesgo y cuidar integralmente la salud de la persona gestante. Además constituyen instancias de consejería y acompañamiento integral en las cuales se pueden brindar pautas de alarma ante síntomas de Amenaza de Parto Prematuro”, sostiene Pedraza.
El decálogo de derechos del recién nacido prematuro
La Dra. Mariana Sorgetti, coordinadora del Servicio de Neonatologíade la Clínica y Maternidad Suizo Argentina destaca que esta Semana de la Prematurez está orientada a “movilizar a equipos de salud, familias y comunidad e identificar las intervenciones claves y los cambios estratégicos necesarios para garantizar y proteger el cumplimiento del decálogo del prematuro”.
Como todos los años, se refuerza la importancia de cumplir y respetar estos 10 derechos esenciales, que fueron publicados en 2013 por Unicef. A continuación, el decálogo completo:
- La prematurez se puede prevenir en muchos casos, por medio del control del embarazo al que tienen derecho todas las mujeres.
- Los recién nacidos prematuros tienen derecho a nacer y a ser atendidos en lugares adecuados.
- El recién nacido prematuro tiene derecho a recibir atención adecuada a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus características individuales. Cada paso en su tratamiento debe ser dado con visión de futuro.
- Los recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia.
- Los bebés nacidos de parto prematuro tienen derecho a ser alimentados con leche materna.
- Todo prematuro tiene derecho a la prevención de la ceguera por retinopatía del prematuro.
- Un niño que fue recién nacido prematuro de alto riesgo debe acceder, luego del alta neonatal, a programas especiales de seguimiento.
- La familia de un recién nacido prematuro tiene pleno derecho a la información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica.
- El recién nacido prematuro tiene derecho a ser acompañado por su familia todo el tiempo.
- Las personas que nacen de parto prematuro tienen el mismo derecho a la integración social que las que nacen a término.
Tal como señala el segundo de estos derechos, el nacimiento de un niño que llega antes de término debe realizarse en lugares adecuados. “Es fundamental que sea atendido en instituciones que cuenten con personal entrenado y disponibilidad de recursos de diagnóstico y tratamiento para la atención de los recién nacidos prematuros. Y en caso de que se identifique una situación médica que indica una amenaza de nacimiento prematuro, la embarazada debe ser derivada a una maternidad de complejidad acorde a su edad gestacional al nacer”, concluye Pedraza.