Terminando noviembre, que es el Mes Mundial de la Diabetes, una enfermedad crónica que se caracteriza por los elevados niveles de glucosa en sangre. Tanto esta patología como la insulino resistencia -que es un factor de riesgo para el desarrollo posterior de la diabetes-, pueden estar vinculadas a ciertos trastornos reproductivos como el síndrome de ovario poliquístico (SOP). 

La insulina es la hormona que regula los niveles de glucosa en sangre. El SOP consiste en una disfunción endocrina-metabólica que se caracteriza por la presencia de ovarios con múltiples folículos. Esto provoca que la mujer tenga períodos menstruales irregulares y niveles altos de andrógenos.  Por lo general, en el SOP la ovulación no se desarrolla de forma regular, con lo cual su estímulo a través de un tratamiento de fertilidad es necesario para buscar el embarazo. En ese sentido, para este grupo de pacientes, los tratamientos de Reproducción Asistida son la alternativa para mejorar las posibilidades de lograr el embarazo y que sea de forma segura.

Por otro lado, es fundamental que las mujeres con diagnóstico previo de diabetes controlen la glucemia al momento de planificar el embarazo para disminuir el riesgo de malformaciones, macrosomía fetal, preeclampsia y abortos espontáneos. La Dra. Bárbara Lotti, especialista en Medicina Reproductiva de WeFIV explica que es muy importante el manejo conjunto con el endocrinólogo para que la paciente tenga un adecuado control metabólico al momento de la realización del tratamiento de reproducción”.

Diabetes gestacional y cuidados durante el embarazo

Esta enfermedad también puede aparecer en el embarazo en mujeres que previamente no la tenían: se trata de la diabetes gestacional que, en general, no presenta síntomas. “Evitar un aumento excesivo de peso, mantener una buena alimentación y realizar actividad física son medidas que ayudan a prevenir su desarrollo”, expresa la Dra. Lotti. La diabetes gestacional se detecta mediante un estudio denominado “curva de glucosa” o “prueba de tolerancia oral a la glucosa”, que se realiza entre la semana 24 y 28 de embarazo. “El tratamiento se basa en cambios en el estilo de vida, que incluyen dieta y actividad física, controles de glucemia y, en caso de ser necesario, tratamiento médico con insulina”, detalla la profesional.