La celebración de su centenario en la Usina del Arte no fue solo un homenaje a su legado, sino también una afirmación de su relevancia continua y su capacidad para inspirar a nuevas generaciones. La “Suite Zarateña”, una composición que rinde tributo a su ciudad natal, Zárate donde nació y se crio, es un claro ejemplo de cómo su música sigue siendo un lenguaje universal que trasciende el tiempo y las fronteras, conectando a las personas con la rica tradición musical de Argentina y con el alma misma de Zárate.

Virgilio Expósito, un nombre que resuena con la vibrante historia del tango argentino, es recordado no solo por su habilidad para tejer melodías inolvidables sino también por su destreza al piano y sus innovadores arreglos musicales. Su colaboración con su hermano Homero produjo algunas de las piezas más emblemáticas de la música argentina, marcando una era dorada en la cultura del país.



La habilidad de Virgilio para fusionar la tradición con la modernidad en su música refleja la riqueza cultural de Zárate, su ciudad natal, y su influencia se extiende más allá del tango, abarcando una variedad de estilos y géneros.

A través de composiciones como “Naranjo en Flor” y “Chau, no va más”, Virgilio capturó la esencia del espíritu argentino, dejando un legado que sigue inspirando a músicos y amantes de la música por igual.

La figura de Virgilio Expósito se erige como un pilar fundamental en la historia de la música argentina, un artista cuyo talento y visión han dejado una marca indeleble en el corazón de la cultura nacional. Su habilidad para tejer melodías que capturan la esencia de la identidad argentina, combinando la pasión del tango con la suavidad del bolero, refleja una comprensión profunda de las raíces musicales de su país.

Agradecemos los aportes del periodista Horacio Gallinat.