Por Eduardo Rivas * – Quienes tienen la responsabilidad de conducir los destinos del Estados deben entender que están al servicio de la ciudadanía y que, en su cometido, deben procurar no mentirle a la sociedad, puesto que sólo entonces se podrá construir una realidad diferente.
Uno de quienes tienen parte de esa responsabilidad es el multifuncionario Pablo Giménez, quien ha ocupado numerosos puestos en el gobierno de Osvaldo Cáffaro y se mantenido constante en su accionar, en ninguno de los lugares que ocupó logró marcar un diferencial que haga recordar su gestión como generadora de un futuro mejor.
Igualmente, y en pos de ser honesto, en los últimos días sí ha planteado algo realmente rupturista respecto a su historia y a la historia general del gobierno local, se hizo cargo de algo, asumió parte de la responsabilidad.
No espere tampoco, señora lectora, señor lector, que este paso dado adelante sea cambio de raíz en la forma de actuar, pero es algo al menos. Giménez reconoció ante los medios de comunicación, aunque usted no lo crea, que en relación al incremento de la actividad delictiva ‘estamos notando una problemática con eso, y bueno, estamos preocupados y estamos teniendo reuniones cada vez más seguido con el área nuestra de Seguridad para empezar a corregir eso’. Luego de 10 años de gobierno era hora que asumieran una realidad que los vecinos viven a diario.
Otro gallo hubiese cantado, como dice la canción, si en lugar de intentar culpar al otro llenándose la boca de discursos vacíos, se hubiera dedicado el esfuerzo a mejorar la vida de los vecinos, sin tanto decir y con mucho más hacer.
Todos somos conscientes que la problemática de la inseguridad en Zárate no es de ahora, pero los funcionarios parecen haber abierto los ojos y descubierto una realidad que por más que quisieran negar, no dejaba de existir. Ya era hora que asumieran su responsabilidad, que por otro lado así lo contempla la ley, y dejaran de intentar culpar a otros con frases del estilo ‘En seguridad la responsabilidad es de la Provincia’, cuando las autoridades policiales establecidas en el Municipio son auxiliares del Intendente para el cometido de sus atribuciones y deberes.
Alineados a la nueva política oficial que deja atrás la crítica irresponsable a las autoridades provinciales por el sólo hecho de pertenecer a otra fuerza política, el oficialismo local parece querer reorientar su accionar a partir de una mayor cercanía y colaboración con el gobierno de Vidal.
Tendremos que esperar para ver si esta nueva realidad es tan sólo un paso atrás para tomar velocidad o sí, efectivamente, es un cambio en la forma de actuar y una vuelta al paradigma que guió el accionar caffarista de arribar al gobierno por una fuerza diferente a la que gobierna la Provincia para más tarde mimetizarse a esta fuerza.
Que se repita este accionar dependerá de propios y ajenos. Como decíamos la semana anterior, hay quienes negocian en cada mesa ideologías de ocasión, el estar dispuesto a ser la contraparte de la negociación es lo que convierte a uno en cómplice o no.
Mucha agua queda por pasar bajo el puente y este año, que no tiene elecciones, permitirá un realineamiento de fuerzas. ¿Serán las palabras de Giménez un cambio para ser y hacer más de lo mismo?
* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07