Los perros juegan un papel fundamental en el desarrollo social y emocional de la niñez.
Argentina es uno de los países reconocidos por su fanatismo por las mascotas, principalmente perros. Un 70% de los hogares que tienen un can lo consideran como un miembro más de su familia según lo indica un informe de Omnibus Kantar TNS Gallup y este vínculo no es sólo afectivo, sino que también genera beneficios para la salud de los humanos, principalmente durante la primera infancia, donde el contacto con los animales impacta positivamente en el desarrollo socio-emocional de los niños.
Según un estudio de la Universidad de Cambridge, la relación que las mascotas domésticas tienen con los chicos genera un efecto positivo en las destrezas sociales y su bienestar emocional, lo que favorece que lleven una infancia saludable.
La infancia es el momento en el que una persona forma su personalidad, se establecen las bases de su carácter y desarrolla la estructura psíquica que determinará sus deseos y necesidades.
Según un proyecto de investigación realizado por la Universidad de San Buenaventura, tener animales domésticos tanto en la niñez como adolescencia juega un papel importante en el establecimiento de una identidad propia.
Si bien la presencia de los perros genera un desarrollo favorable, tal como se mencionó previamente, los efectos van más allá de ello. La conexión y empatía que se desarrolla entre ellos y los niños a través del juego es casi automática.
Cuando los más chicos de la casa viven la experiencia de buscar a su nueva mascota en un refugio, no sólo experimentan las emociones y el entusiasmo por incorporar a un nuevo amigo, sino que desarrollan valores como la compasión y el compromiso.
Fuente: Misiones Cuatro