A partir de la victoria en Soldatti ante Sacachispas, Defensores cambio por completo su andar. No sólo empezó a sumar unidades en todas las fechas que jugó, sino que sólo recibió un gol en las últimas cinco presentaciones.
De sufrir derrotas constantes y diversos goles a bajarle la persiana a su propio arco y empezar a sumar valiosas unidades de forma continua. De un extremo a otro, Defensores Unidos fue cambiando su imagen, como las caras de una moneda. Es cierto que también se podrá decir que en las primeras fechas hubo también algo de mala fortuna. Sin embargo, la verdad es que el elenco de Lema se fue adaptando a la B Metropolitana con el correr de las fechas y más allá que su estilo de juego no se modificó demasiado, el “celeste” dejó de ser un elenco más vistoso en ofensiva, para transformarse en un rival más sólido y equilibrado defensivamente. En otras palabras, CADU entendió que debía calzarse el “overol” en cada partido y batallar en una divisional, donde nadie regala nada y donde cada error se termina pagando con un gol.
Las estadísticas reflejan a las claras, como Defensores pasó de ser vulnerable a compacto. Y eso fue a partir de la visita a Villa Soldatti, donde CADU logró un triunfo va-lioso ante Sacachispas por 2-0. Antes de eso, el “celeste” había disputado seis encuentros, con cinco derrotas y con diez goles en contra (1,66 gol por partido). O sea, sólo tres unidades en las 18 que tuvo en juego. Mientras que a partir de la séptima fecha, CADU no perdió, con tres triunfos y dos empates. De 15 unidades que disputó, logró 11. Y gran parte de ese logro, se debe a la solidez defensiva, teniendo en cuenta que recibió un solo gol (0,2 por partido). Obviamente que CADU sufrió la adaptación de la nueva categoría, pero ahora transita el camino correcto.
“En las primeras seis fechas, CADU había logrado tres puntos, mientras que en los cinco juegos restantes obtuvo once unidades”.