Algunos perros parecen experimentar una especie de pulsión, pero es posible corregir esta conducta.
Los perros utilizan su boca para interactuar con el medio, más o menos como hacemos con las manos. Además, cuando son pequeños, los cachorros muerden para aliviar las molestias que les causan los dientes cuando les salen, tal como les ocurre a los bebés.
La cuestión es que si no se les enseña a controlar este impulso, lo más probable es que de mayores causen estragos en el hogar.
Peaches, un cruce de bulldog, bichón frisé y caniche, protagonizó en 2016 un caso extremo que fue recogido por los medios del Reino Unido, donde vive. En unos pocos meses, esta perrita ocasionó en su hogar numerosos destrozos.
En este tipo de situaciones, lo más importante es determinar con la ayuda de un experto la causa de su comportamiento, ya que corregirla suele solucionar el problema.
Fuente: Muy Interesante