Según datos de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), en 2015 viajaron en avión 22 millones de pasajeros y para 2018 esta cifra ascendió a 29,3 millones. El tránsito aéreo creció un 20% en el acumulado entre esos años y pasó de 1500 a 1800 vuelos (despegues y arribos) diarios en todos los aeropuertos del país.
¿Esto significa que el espacio aéreo está al borde del colapso?
Para Jonatan Doino, secretario general de la asociación de técnicos y empleados de protección y seguridad a la aeronavegación (Atepsa), la respuesta es contundente: “Hay congestión de vuelos y flujo de pasajeros, no sólo por la cantidad de aviones, sino porque el espacio aéreo no está preparado, sumado a que las comunicaciones no funcionan, falta personal y capacitación. Son cuestiones que se conjugan en un tema común que es la seguridad aérea”, dijo.
En cambio, en la empresa argentina de navegación aérea desestimaron esa posibilidad. Respecto de la capacidad, el parámetro que se tiene en cuenta en la terminal Baires (que abarca Aeroparque, Ezeiza, San Fernando, El Palomar, Moreno y Morón, entre otros), se estima que la demanda no exceda los 63 aviones en circulación por hora.
Sin embargo, según explicó Gabriel Giannotti, titular de EANA, esa medida máxima no se alcanza: “La capacidad del espacio aéreo se mide en función de la cantidad de aviones que puedan circular. Estamos planificando las operaciones considerando un volumen promedio de 39 aviones por hora y nunca excedernos de 49”.
El personal encargado de regular el tránsito del aire está a cargo de EANA y se estima que en el país hay 900 operadores distribuidos en 56 aeropuertos, según los números de esa compañía.
“Los controladores en el área terminal no deben exceder un máximo de aviones simultáneos bajo su control. Consideramos un máximo de 10, pero se trata de planificar con ocho aviones que un controlador tiene bajo su vigilancia al mismo tiempo”, sostuvo el titular.
Fuente: La Nación