La ‘familia’ de Notre Dame se enfrenta a su orfandad

Los guías que difunden su leyenda deciden cómo continuar la transmisión con una catedral deformada.

Sus 67 empleados están en paro técnico mientras finaliza la evaluación de daños y se decide si la labor espiritual del edificio continúa en una carpa provisional en la plaza.

Pero el mayor grupo es el no retribuido, compuesto por un centenar de voluntarios de la asociación francesa CASA (Comunidad de Acogida en Sitios Artísticos), responsable de la formación de guías en diversos monumentos religiosos de toda Francia y concretamente en Notre Dame.

Hasta 2014 estos guías eran los únicos con potestad para hacer visitas de la catedral en nueve lenguas. La propina de los numerosos turistas mantenía en pie la agrupación y facilitaba que otros templos cristianos como Saint-Victor de Marsella o Sainte-Marie-Madeleine de Vézelay puedan también acoger visitantes.


El grupo de Notre Dame, que supone una tercera parte de los miembros de CASA, se organiza ahora para dar respuesta a un futuro que se ve comprometido con el incendio, aunque la mayoría se niega a renunciar.


Esta era la única catedral con visitas aseguradas a lo largo del año mientras que el resto de las iglesias, con flujos mucho menores, tan sólo las ofrecen en verano sirviéndose también de los jóvenes extranjeros que se apuntan al servicio a través de una entrevista por internet, a cambio de comida, alojamiento y formación.

En lo que duran los trabajos, esperan poder ampliar su visita a la fachada y alrededores; también a otras iglesias de París y hacer conferencias en las que seguir transmitiendo la historia de Notre Dame.

Fuente: El Tiempo