Investigadores canadienses han hallado que decenas de genes que se pensaba que eran comunes a varias especies son exclusivos de los humanos.
La característica de estos genes es que codifican un tipo de proteínas conocidas como fuentes de transcripción o TF, que supervisan la actividad genética. Lo que hacen los TF es identificar fragmentos específicos del ADN llamados motivos y usarlos como plataformas de aterrizaje para unir el ADN y activar o desactivar los genes.
Pero el nuevo estudio del profesor Timothy Hughes, del Centro Donnelly para la Investigación Celular y Biomolecular de Toronto, ha revelado que no siempre es así.
Según el artículo que publican en la revista Nature Genetics, Hughes y su equipo describen un nuevo método computacional que les permitió predecir con mayor precisión las secuencias de motivos que cada TF enlaza en muchas especies diferentes.
Los resultados revelan que algunas subclases de TF son mucho más diferentes a nivel funcional de lo que se pensaba hasta ahora. “Incluso entre especies estrechamente relacionadas, hay una parte importante de los FT que probablemente se unirán a nuevas secuencias”.
Fuente: Muy Interesante