Se trata de “San Jerónimo”, obra que Leonardo empezó en 1483, desapareció y fue trozada para venderla. La exhibe el Museo Metropolitan.
A partir de este lunes y hasta el próximo 6 de octubre San Jerónimo-que llegó en préstamo desde los Museos Vaticanos- cuelga en solitario.
Leonardo empezó a trabajar en esta obra en 1483, en Milán. Volvió a esta, también conocida como San Jerónimo penitente, en varias ocasiones. No la había terminado cuando murió en Amboise (Francia), el 2 de mayo de 1519.
El museo ha convertido la sala en una especie de capilla. El lienzo, de 103 x 74 centímetros, emerge iluminado crudamente en medio de un espacio oscuro.
El efecto aumenta la dimensión contemplativa de la imagen, que es lo que perseguía su autor.
La escena se inspira en la historia de San Jerónimo (347-420) siendo ya anciano, como ermitaño en el desierto, a partir de la leyenda dorada del siglo XIII.
Fuente: La Vanguardia









