El ex boxeador peso pesado recordó ese 11 de febrero de 1990 en Tokio, Japón, cuando contra todos los pronósticos despojó a Mike Tyson de su invicto y de su título mundial. Hoy, a los 59 años, y aquejado por una diabetes, Douglas charló en exclusiva con Télam.

El ex boxeador estadounidense James “Buster” Douglas revivió con la agencia Télam el día en que venció en Japón a Mike Tyson, la admirable hazaña deportiva que maravilló al mundo y cambió su vida hace 30 años.

“Estaba seguro de que podía ganarle a Tyson porque trabajé muy duro para eso”, manifestó Douglas a Télam desde su casa en Columbus, Ohio, en una charla telefónica.

El 11 de febrero de 1990, el invicto Tyson, con sus 23 años, era amplio favorito en Tokio para una nueva defensa del título como peso pesado. En el camino se topó con Douglas (29), el boxeador que asumió el reto con todas las de perder, a juzgar por los medios de comunicación.

De hecho, una casa de apuestas en Las Vegas pagaba 42 a 1 a favor de “Buster”.

El gran batacazo

El mundo del boxeo vivió hace 30 años uno de los resultados más inesperados en su historia cuando Mike Tyson perdió su invicto ante James “Buster” Douglas.

La contienda se llevó a cabo en Tokio, Japón, la misma ciudad donde Nicolino Locche se consagró campeón mundial y quedó inmortalizado como el “intocable” frente al estadounidense Paul Takeshi Fujii.

Douglas (1.93 de altura y 105 kilos), quien semanas antes sufrió la muerte de su madre, controló la pelea desde el inicio ante el gran favorito. Tyson (1.78 y 100 kilos), envuelto en escándalos con su esposa de entonces, tuvo una preparación poco adecuada.

Los jabs de “Buster” hicieron mella en el campeón de los pesos pesados. Desde el quinto round, “Iron Mike” lució una hinchazón en el ojo izquierdo.

En el octavo round, Tyson sacó un uppercat con mano derecha que derribó a Douglas. El conteo del árbitro mexicano Octavio Meyran fue acusado de “lento” por Don King, manager de Tyson, y Douglas se recuperó para el éxito que sorprendió al mundo.

“Buster”, que ostentaba una marca de 29 triunfos y cuatro derrotas, propinó una serie de golpes repetidos al rostro de Tyson en el décimo capítulo, el del batacazo.

Significó el último de la pelea y marcó la primera derrota de quien parecía invencible hasta ese día.

Tyson, quien acumulaba 37 victorias consecutivas, embolsó seis millones de dólares, mientras que Douglas se adjudicó 1,3 millones, además de haberse consagrado el nuevo campeón de los pesos pesados.

“Recuerdo que la gente estaba maravillada con lo que hice”, dijo Douglas sobre el batacazo en la capital japonesa.

La humanidad de Tyson besó la lona por primera vez en su carrera, una imagen que no estaba en los cálculos de nadie, como consecuencia de sucesivos golpes en su rostro duro e impasible durante el décimo round.

“Esa pelea me cambió la vida”, aseguró “Buster” Douglas quien ostentaba 29 triunfos y cuatro derrotas antes de cruzarse con un Tyson de 37 victorias seguidas.

“Cuando gané, me fui a la habitación y me quedé tendido pensando en lo que había logrado. Mi madre murió semanas antes, así que me acordé de ella”, “Buster” Douglas

El día después de la inolvidable consagración, “Buster” ocupó las portadas de los diarios del mundo, su nombre adquirió popularidad y la contienda arrojó uno de los resultados más impactantes en la historia del boxeo.

Douglas transita los 59 años, se mantiene estable en su lucha contra la diabetes, mientras desarrolla la tarea de instructor de boxeo en su ciudad natal.

“Buster” señaló a Télam que se encontró “un par de veces” con Tyson aunque “nunca” hablaron de la pelea que dejó boquiabiertos a propios y extraños.

“Me gustaría verlo a Tyson otra vez”, aseguró el ex púgil acusado por “Iron Mike”, en conjunto con el mediático promotor Don King, por el desarrollo del combate. Ambos adujeron que el árbitro mexicano Octavio Meyran le otorgó tres o cuatro segundos más de lo permitido por el reglamentario después de sufrir una caída en el octavo round luego de un furibundo uppercat de derecha.

Tyson también tuvo un conteo lento, pero Don King prosiguió los reclamos en las semanas sucesivas aunque sin éxito.

“Buster” lloró la muerte de su madre antes de la gran velada y señaló que “sabía perfectamente” los problemas personales que atravesaba aquel contrincante de aura invencible, hasta ese día.

Una relación tormentosa con su esposa de entonces, Robin Givens, ofició de noticia repetida para los medios. Por cierto, “Iron Mike” no tuvo una preparación adecuada en Tokio y “Buster” lo aprovechó.

“Sabía de los problemas que tenía Tyson, pero le gané porque fui mejor”, dijo Douglas, eje de la celebración del 30 aniversario de la hazaña, el viernes pasado, en el Hyatt Regency de Ohio.


“Enfrentar a Holyfield fue una pesadilla, la pasé muy mal”, “Buster” Douglas, sobre la pelea siguiente a la de Tyson


El siguiente paso de Douglas encontró a otro nombre histórico del boxeo como Evander Holyfield, con la retirada de Buster en el tercer round, sin atenuantes, en The Mirage, en Nevada.

“Enfrentar a Holyfield fue una pesadilla, la pasé muy mal”, reflexionó “Buster” para Télam, quien disfrutó muy poco el golpe de efecto logrado ante Tyson y de los títulos obtenidos.

“Tyson fue un gran campeón y tuve la oportunidad de vencerlo. Estaba muy feliz, no lo olvidaré jamás”, concluyó Douglas en diálogo con Télam.

Télam