La nueva cepa de coronavirus detectada en China el pasado mes de diciembre ya se ha cobrado más de mil vidas y ha infectado a más de 42.000 personas. Un patógeno que ha sido bautizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como Covid-19
En la reunión de dos días que este martes ha comenzado en Ginebra con 300 expertos, la OMS ha decidido utilizar con Covid-19 un nombre que “pueda pronunciarse y no aluda a una localización geográfica específica, un animal o un grupo de personas” para evitar estigmatizaciones, destacó en rueda de prensa el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ghebreyesus ha advertido de que el desarrollo de una vacuna contra esta enfermedad se demorará, al menos, un año y medio, por lo cual, ha añadido, “debemos prepararnos para usar las armas que tenemos al alcance en la lucha contra este virus”.
No ha dudado el director general de la OMS en considerar al coronavirus “el enemigo público número uno para toda la humanidad” con consecuencias políticas, sociales y económicas “peores que las de cualquier acto terrorista”.
La reunión, a puerta cerrada y en la que algunos expertos (entre ellos muchos médicos chinos) participan a distancia mediante teleconferencia, busca avanzar en el conocimiento del origen de la nueva enfermedad, sus vías de transmisión, su gravedad y las medidas que han de tomarse contra ella, como posibles vacunas, informó la OMS.
Hasta la fecha, todos los decesos menos dos -en Filipinas y Hong Kong- se han producido en la China continental y, aunque una veintena de países cuentan con casos diagnosticados de neumonía, China acapara en torno al 99 % de los infectados.
El aumento de los nuevos casos diarios (2.478 los más recientes) se ha ralentizado desde hace siete días, lo que, según el Gobierno chino, es un signo positivo de que la epidemia está remitiendo, aunque los científicos no se ponen de acuerdo en ese extremo ni sobre cuándo se podría alcanzar la cota máxima de contagio desde la que las cifras de afectados comiencen a descender.
Según un modelo matemático desarrollado por científicos españoles, el coronavirus podría afectar a entre 60.000 y 80.000 personas y provocar entre 3.000 y 4.000 muertes en el mundo, la mayoría en China.
Los resultados de la aplicación del modelo (tipo Be-CoDiS) señalan que en España el número de casos de afectados por coronavirus desde el 31 de enero a 24 de julio de 2020 sería de un mínimo de 4 personas y un máximo de 5, y, en todo caso, no se sobrepasarían las diez personas infectadas, siempre sin ningún fallecimiento.
¿Más días de incubación?
Lo que no está claro es la duración del periodo de incubación. Un estudio realizado por 37 investigadores de hospitales y escuelas médicas chinas indica que podría ser de hasta 24 días, más que los 14 que ahora se establecen.
El estudio, en el que participó también el prestigioso epidemiólogo chino Zhong Nanshan -jefe del equipo médico designado por el Gobierno para investigar la nueva neumonía-, señala que solo un 43,8 % de los pacientes analizados mostraron, en su primer visita al médico, fiebre, hasta ahora considerada como uno de los primeros síntomas.
La muestra se realizó sobre 1.099 pacientes con infección de Covid-19 diagnosticada hasta el 29 de enero en 552 hospitales de 31 regiones de China, con una media de edad de 47 años y de los cuales el 41,9 % eran mujeres.
Se endurece la cuarentena en Wuhan por Covid-19
En la ciudad de Wuhan, epicentro de la epidemia, las autoridades han endurecido la cuarentena impuesta desde el pasado 23 de enero con medidas como el cierre de todos los complejos residenciales para así minimizar el flujo de las personas.
Las autoridades de la urbe, la séptima más poblada de China, indicaron que todos los edificios donde haya casos confirmados de Covid-19 o sospechosos deberán ser sellados al exterior y gestionados “de forma estricta”.
Otra de las iniciativas hechas públicas este martes por la ciudad es que todos aquellos que tengan síntomas relacionados con el coronavirus, aunque sean leves -por ejemplo, fiebre-, deberán procurar atención médica en los centros de salud más cercanos y no ir a los de otros distritos, para tratar de evitar la propagación del virus.
En caso de que deban ser ingresados y que el centro en cuestión no cuente con camas suficientes, la clínica deberá encontrar un lugar en el vecindario donde se pueda llevar a cabo el período de observación.
Las ciudades de China continúan casi paralizadas, con muy poca gente y automóviles por las calles, pese a la vuelta al trabajo de los sectores esenciales recomendada por el Gobierno, que hoy reconoció la escasez de mascarillas en el país, un equipamiento clave para combatir la epidemia.
La mayoría de las empresas han pedido a sus empleados que realicen teletrabajo, lo que, unido al temor a un virus del que se desconocen todavía muchos detalles, lleva a los ciudadanos a mantenerse encerrados en sus viviendas y a que las calles sigan desiertas.
El estado de alarma ha llegado hasta el Congreso Mundial de Telefonía Móvil de Barcelona (MWC), que tiene previsto celebrarse del 24 al 27 de febrero, y que cada día recibe la renuncia a participar de algunas de las principales empresas.
También seis firmas chinas han cancelado su participación en la semana de la moda de París, que arranca el 24 de febrero, ante la expansión del coronavirus, según indicó a Efe este martes la Federación de Alta Costura y Moda.
Agencia EFE