El Día Internacional de la Familia se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel esencial de las familias en el bienestar y el desarrollo de los chicos desde la primera infancia, así como de la importancia del hogar como ambiente educativo de niñas, niños y adolescentes.
La fecha que se conmemora a instancias de las Naciones Unidas se enmarca, este año, en una de las crisis sociales y de salud más complejas a nivel global, a causa de la pandemia por COVID-19, que castiga más severamente a las personas y familias más vulnerables.
“El aislamiento obligatorio ha agravado las situaciones de desigualdad que atraviesan las familias en nuestro país y que afectan especialmente a la infancia. De diferente manera, las personas han tenido que adaptarse a una situación inédita y excepcional, que produjo un impacto emocional, físico y psicológico muy fuerte, especialmente en los niños y niñas y en la población mayor”, destacó Fanny Kohon, directora del área de Programas Sociales de AMIA.
“Desde el inicio de la pandemia, acompañar a las familias que presentan más necesidades ha sido nuestra prioridad”, agregó. “El trabajo social que realizamos es integral y está enfocado en dar respuestas que garanticen el respeto por los derechos individuales y sociales, y que permitan a las personas sobrellevar este tiempo tan complejo de la mejor manera posible”.
Ante el extenso período de confinamiento, el equipo interdisciplinario de Programas Sociales de AMIA elaboró una guía con recomendaciones a considerar para que las semanas que restan de cuarentena puedan ser vividas por las familias priorizando los vínculos afectivos y fomentando una convivencia saludable.
- Las crisis pueden fortalecer los lazos familiares: Los momentos complejos sirven para reordenar prioridades, valorar los vínculos más cercanos y poner en práctica valores esenciales, como el diálogo, el poder de escucha, la comprensión y la importancia de la ayuda mutua entre los integrantes de la familia para acompañarse y contenerse. También ofrece una oportunidad para buscar distintas formas de comunicación con las personas mayores del grupo familiar, que están solas o al cuidado de alguien. Podemos explorar nuevas maneras para que los chicos y chicas compartan tiempo con ellos, por ejemplo, a través de las lecturas de cuentos.
- Transmitir pautas saludables: Las cuestiones domésticas pasaron a tener un papel principal en los días de confinamiento. Aspectos relacionados con la higiene, la buena alimentación, el descanso y la actividad física se volvieron esenciales para mantenerse saludables. Son comportamientos que se recomiendan incorporar desde los primeros años de vida. Este tiempo da la oportunidad de enseñarlos y predicarlos con el ejemplo.
- Descubrir potencialidades: La cuarentena permitió dedicar tiempo a tareas que hacía mucho no practicábamos. Dibujar, leer, cocinar, hacer manualidades, escribir, entre otras. Además de ser canales apropiados para la expresión, nos permiten desarrollar habilidades, explorar nuevos intereses y desplegar talentos. Es importante que las familias dediquen tiempo a canalizar de esta manera sentimientos y emociones. Es también una forma de descubrir nuevos aspectos de la personalidad.
- Oportunidad para aprender: Cómo controlar el miedo, la ansiedad y la incertidumbre es una lección que estamos aprendiendo en estas semanas de distanciamiento social. Desarrollar la resiliencia, mantener la calma, saber adaptarse a los cambios, ser flexibles, son habilidades necesarias que podemos aprender en el marco de las nuevas rutinas que adquirimos.
- Amigarnos con las reglas, los límites y las rutinas. Esta cuarentena convocó a las familias a hacer caso. “Quedate en casa” fue una de las primeras medidas que nos pidieron respetar en pos de cuidar la salud propia y ajena. Fue un límite para proteger y protegernos. Es bueno que los niños y niñas aprendan el respeto por las reglas, mediante conversaciones con adultos en las que se les explique el fundamento y la causa de las mismas. También es una oportunidad para establecer nuevos acuerdos y compartir diferentes puntos de vista, buscando fomentar el diálogo e identificar coincidencias que ayuden a generar consensos.
- Valorar el tiempo: Las salidas ordenadas que podemos hacer son acotadas. Es importante focalizarse en la recreación cuando podemos hacer uso de ellas. Debemos centrarnos en los juegos, en el esparcimiento, en la compañía compartida. Otro tiempo habrá para usar la tecnología, o recordar las tareas pendientes. Saber organizarnos y valorar el tiempo son dos capacidades que podemos consolidar en esta cuarentena extendida.
- Pedir ayuda: Si el estrés, el miedo y la ansiedad están afectando notablemente la salud mental, es necesario pedir ayuda. Hay servicios de orientación que funcionan de manera telefónica y gratuita. También es importante acudir a profesionales que ayuden a abordar la problemática si estamos frente a vínculos nocivos o violentos. El confinamiento agravó los conflictos pre existentes relacionados con la violencia de género. Las líneas telefónicas como la 144 funcionan las 24 horas. Buscar ayuda es parte ya de la solución.
- Fortalecer el sentido de comunidad. Todos podemos dar y recibir. Sentir que formamos parte de una red interconectada, que no estamos solos, y que la salida de esta pandemia es a través de una respuesta colectiva ayuda a mitigar la sensación de soledad. Recurrir a vínculos que apoyen y alienten; escuchar testimonios de gente que logró vencer adversidades, acercarse a instituciones y profesionales que están orientando y asistiendo, son recursos útiles para adoptar en estos días. Tener en cuenta las necesidades de nuestros vecinos, especialmente de los mayores, por ejemplo, con la compra de víveres y medicamentos, es otra manera sencilla y solidaria para atravesar este período y ayudarnos mutuamente.
- Bajar las expectativas: Estamos viviendo un tiempo único, para el que no estábamos preparados. Es necesario internalizar que todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Tener tolerancia hacia uno mismo y hacia los demás es fundamental para atravesar este tiempo sin frustraciones adicionales, sin castigarnos porque las cosas no son como quisiéramos, o sobre exigiéndonos como si el escenario no hubiese cambiado. Es momento de priorizar los vínculos, la convivencia y el autocuidado
- Recordar que esto también pasará. Como una prueba con muchos obstáculos a sortear, la pandemia nos da la oportunidad de aprender a transitar esta etapa crítica con las mejores herramientas disponibles y fortaleciendo nuestras habilidades emocionales. Esta gran tormenta pasará y podemos salir mejores de ella. Mientras tanto, estamos dando lo mejor de nosotros para salir adelante.
LA NOCIÓN DE FAMILIA
Priorizar el cuidado y educación de los niños y niñas, además de facilitar el desarrollo de todos sus miembros en el ejercicio de los roles y en la convivencia, son funciones esenciales que las familias debieran cumplir.
Reconocer y redistribuir el trabajo de los cuidados, así como de visibilizar las diversas conformaciones familiares que existen, y que muchas veces distan del imaginario de familia tipo predominante, son también otros aspectos a considerar en la actualidad.
“Además del grupo familiar de origen, cuando se habla de familia, hoy se tiene en cuenta el medio familiar comunitario y la familia ampliada”, indican desde el área de Programas Sociales de AMIA.
“Esta noción contempla -además de a las personas vinculadas a la infancia y adolescencia a través de líneas de parentesco por consanguinidad- a otros miembros de la comunidad con quienes los niños, niñas y adolescentes tienen vínculos significativos y afectivos en su historia personal como así también en su desarrollo, asistencia y protección”.