El aislamiento social provocó que gran parte de la población mundial pase más horas frente a las pantallas provocando fatiga ocular. Junto a otros cuidados, este deterioro puede compensarse con el consumo de nutrientes como la luteína, que protege el daño causado por la luz UV.
El aislamiento social ha provocado que gran parte de la población mundial pase más tiempo frente a las pantallas, ya sea por razones laborales o por entretenimiento, provocando varios riesgos a la salud, entre ellos, la fatiga ocular.
A pesar de haberse intensificado en este último tiempo, los problemas causados por la sobreexposición a las pantallas digitales se vienen registrando durante años. Los especialistas lo denominan Síndrome de Visión por Computadora (SVC), que se caracteriza por fatiga ocular; tensión; y sequedad en los ojos, afectando al 90% de las personas que pasan al menos tres horas frente a un dispositivo emisor de luz azul.
Los ojos son particularmente vulnerables, debido a que la lente y la retina no tienen la misma renovación biológica que otros órganos, como la piel o el corazón. El daño acumulado por el tiempo de exposición a las pantallas y la edad, debe compensarse con el consumo de nutrientes que ayudan a aumentar la protección contra este deterioro.
Estudios relacionados a esta problemática, han demostrado que la luteína es uno de los principales aliados en la protección contra el daño causado por la luz UV en el globo ocular, protegiendo los fotoreceptores en el centro de la retina. Este tipo de carotenoides o compuestos naturales pueden encontrarse en verduras de hoja verde como el coliflor, las espinacas, el apio y la lechuga. Otras fuentes importantes de la luteína son las legumbres verdes, los tubérculos rojo anaranjado, las hierbas frescas y la yema de huevo.
Para la prevención de enfermedades crónicas y envejecimiento prematuro relacionado con el estrés oxidativo y la luz UV, se recomienda el consumo de 5 miligramos diarios de luteína, una cantidad que no llega a ingerirse en las dietas comunes. Por eso, el consumo de suplementos que contienen compuestos naturales es una solución para proveer al organismo todos sus beneficios. En el caso de los carotenoides, colaboran con la salud ocular pero también con la protección del ADN, la piel y el sistema inmune y además ayudan a disminuir el envejecimiento y el estrés.
En muchos países, la luteína se incluye como un aditivo, ingrediente funcional y suplementos dietarios. Se puede aplicar también como colorante o suplemento en yogures, leches saborizadas, condimentos preparados o pastas. La marca Xangold® de la unidad de Nutrición Humana de BASF es una de las luteínas más disponibles del mercado, ya que se extrae de las flores de caléndula, la fuente más rica de luteína. Se aplica en suplementos en cápsulas blandas, duras, tabletas, bebidas y alimentos funcionales y entre sus beneficios comprobados están la biodisponibilidad, su flexibilidad de uso en varias aplicaciones, la efectividad en la protección del ADN y el hecho de que no tienen efectos secundarios.