Se trata de un sistema de octógonos negros con la leyenda “Exceso en”, que ofrece información directa y clara a la hora de elegir y comprar.
Un proyecto de ley que ya fue aprobado en el Senado busca que advertir a los consumidores sobre el exceso de los denominados nutrientes críticos –azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas totales– en los productos industrializados, como un paso más hacia una alimentación saludable y consciente.
Se trata de un etiquetado frontal mediante un sistema de octógonos negros con la leyenda “Exceso en”, que ofrece información directa y clara a la hora de elegir y comprar.
El proyecto, tiene como autores a la senadora Anabel Fernández Sagasti (Frente de Todos) y el senador Julio Cobos (UCR), y había alcanzado un dictamen en conjunto a partir de 15 proyectos de distintos legisladores de diferentes provincias y partidos políticos.
La iniciativa busca, además, regular la publicidad de estos productos y prohibir que sean ofrecidos en entornos escolares, así como también limitar la presencia en la asistencia alimentaria que realicen los Estados, con el fin de mejorar la política alimentaria hacia los más vulnerables. y los productos con la advertencia no pueden ofrecerse en las escuelas.
“El proyecto busca que la lucha contra las enfermedades crónicas deje de ser individual, y que la persona pueda estar en un entorno saludable”, resumió el licenciado en Nutrición, Ignacio Porras, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (Sanar).
“Los octágonos negros van a advertir sobre la concentración de manera excesiva de ciertos nutrientes críticos que son los azúcares, ya que se relaciona con el desarrollo de enfermedades crónicas no trasmisibles, como sodio, grasas saturadas y amplía a las grasas totales. Van a estar advertidas para que los usuarios tengan una decisión informada de compra”, precisó en declaraciones radiales.
Para Porras, “es una medida que implica un primer paso” en la lucha colectiva contra el sobrepeso y la obesidad, y otras enfermedades que configuran factores de riesgo cardiovasculares como la diabetes, el colesterol y la hipertensión.
“Nosotros como profesionales tenemos un abordaje individual, pero ese paciente o consultante después sale a un entorno, donde es más fácil encontrar máquinas dispensadoras de golosinas o bebidas azucaradas en lugar de frutas o agua. El entorno atenta contra los objetivos personales. Siete de cada 10 personas tienen sobrepeso en la Argentina”, explicó.
Fuerte respaldo a la iniciativa
La Coalición Nacional para Prevenir la Obesidad en Niñas, Niños y Adolescentes, conformada por más de 50 organizaciones de todo el país con el apoyo de UNICEF y la Federación InterAmericana del Corazón (FIC Argentina), elaboró un documento que explica por qué el etiquetado frontal de advertencia debe tener un sistema gráfico de octógonos negros similar al implementado en otros países de la región como México, Chile, Perú y Uruguay.
“Se ha realizado una multiplicidad de estudios a nivel regional e internacional que se encuentran publicados en distintas revistas científicas donde se han comparado distintos sistemas gráficos como el semáforo, el GDA (Guías Diarias de Alimentación, en colores del semáforo o monocromático) y el Nutri-Score (5 letras y colores, del verde oscuro al rojo) y se ha demostrado que el sistema de advertencia que incluye a los octógonos es el más efectivo para que el consumidor logre tomar una decisión de compra informada en pocos segundos”, explicó Leila Guarnieri, nutricionista e investigadora del área de alimentación saludable de FIC Argentina.
En Argentina, apuntó Guarnieri, también se han realizado estudios que muestran el mismo resultado, tanto desde FIC Argentina como desde el Ministerio de Salud de la Nación. Asimismo, y distintos estudios realizados muestran que el sistema de lupa, como el recientemente implementado en Brasil, es menos efectivo que el de octógonos negros.
La iniciativa debe tratarse ahora en la Cámara de Diputados y aprobarse para convertirse en ley. “Hay mucho lobby de la industria de ultraprocesados”, lamentó Porras sobre las dificultades para que la normativa finalmente llegue a buen puerto. “Cuando hablamos de estos productos no debemos decir ‘industria alimentaria’ porque estos productos no son alimentos”, amplió. Y sostuvo que en la Cámara baja la votación será más difícil: “Hay que hacer un trabajo muy grande de información. En el Senado fue más fácil porque hubo un trabajo conjunto de distintas comisiones y distintas fuerzas políticas”.
Diez argumentos a favor del proyecto
- Promueve una selección informada de alimentos.
- Orienta a los consumidores en la compra de opciones de alimentos más saludables.
- Permite modificar las decisiones de compra independientemente del nivel socioeconómico y educativo.
- Brinda información directa para identificar en forma rápida y fácil los productos que contienen cantidades en exceso de nutrientes críticos.
- Contrarresta el efecto positivo que tienen los mensajes de nutrición (“0% grasas trans”, por ejemplo) en la intención de compra.
- Necesita de un menor esfuerzo cognitivo y menos tiempo para tomar decisiones de compra.
- Aplica el sistema de perfil de nutrientes de la máxima autoridad sanitaria de la región: la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
- Ese sistema está basado en las directrices de ingesta de nutrientes de la OMS con evidencia científica.
- Está diseñado para identificar los productos que cuando son consumidos en cualquier cantidad y por cualquier individuo desequilibran la dieta.
- Y tiene un mayor acuerdo con las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).