Si un árbol cae en medio del bosque y no hay nadie para verlo, ¿hace ruido? Esta pregunta que ha provocado distintos posicionamientos entre filósofos desde hace siglos, actualiza otro debate, y es: ¿por qué gran parte de la población global sigue sin escuchar el árbol cayéndose? O, ¿se actuaría de mismo modo si el cambio climático afectara a un Planeta Tierra deshabitado? Pero este no es un fenómeno del futuro sino actual y que impacta directamente por ejemplo una actividad de sustentación para muchas comunidades como es el turismo.
En nuestro país la Costa Atlántica es uno de los puntos más concurridos por el turismo interno y extranjero, por lo que las personas que viven en estos lugares dependen en gran parte de condiciones naturales: “sol y playa”. Estos pueblos y ciudades saben que el cambio climático no es un fenómeno del futuro, que no se trata de actuar hoy para salvar el destino de las próximas generaciones, sino de algo que los afecta el momento actual. Por eso, desde la Universidad de Morón (UM) se impulsa una investigación aplicada que busca medir, a partir de un conjunto de indicadores, la vulnerabilidad de las poblaciones al cambio climático.
El estudio presenta un enfoque novedoso ya que indaga el fenómeno desde una perspectiva social y es sintetizado por los investigadores con una sencilla fórmula: “riesgo de desastre por vulnerabilidad”. Con ella se trata de evaluar por un lado qué posibilidades hay de que algo -como por ejemplo una amenaza natural- que no está ocurriendo, ocurra, y por otro cómo se ven expuestas las poblaciones a ese riesgo. Y es justamente esta segunda parte donde hacen foco para buscar incidir, disminuyendo el riesgo para las sociedades, y en el caso de esta investigación de la UM, específicamente a los habitantes de los destinos turísticos costeros.
“El cambio climático no es solo una preocupación del futuro, sino que también afecta de forma directa al presente. A la economía y supervivencia de ciudades y pueblos”, afirmó Hilda Puccio, directora de la Licenciatura en Turismo de la Universidad de Morón e investigadora especializada en cambio climática y turismo.
En 1200 kilómetros de costa, 16 partidos, dan brillo a los principales destinos turísticos de la Argentina. Las temporadas tanto altas cómo media altas en la Provincia de Buenos Aires son determinantes para todos estos municipios. Esto fue lo que motivó al equipo de investigadores de la UM dirigidos por la Lic. Hilda Puccio, y por eso buscan llamar la atención sobre los potenciales efectos negativos que podrían representar la desaparición de una de sus principales atracciones como son las playas, y la consecuente merma del turismo que hoy impulsa a la economía de los pueblos de la Costa Atlántica.
Entre algunos de los casos que se estudiaron se encuentran Pinamar, Villa Gesell y el Municipio de la Costa. Aquí, se pudo poner la lupa en los factores como por ejemplo, las sudestadas y un cálculo de número de muerte, pérdidas materiales y línea de pobreza (por Necesidades Básicas Insatisfechas).
Este año ha demostrado la importancia de prever problemas que puedan ser definitorios para la economía de poblaciones enteras. La temporada turística estuvo en vilo durante muchos meses, funcionando con capacidades limitadas y con una gran inversión de presupuesto para los protocolo que conlleva una pandemia como la actual. Sin embargo, el cambio climático es un fenómeno frente al que aún es posible actuar en pos de la supervivencia y un buen vivir. Impulsar este tipo de investigaciones en la Universidad de Morón es sentir que aún hay tiempo de escuchar la caída de los árboles y actuar en consecuencia.