Ayer la Iglesia Católica celebra el Domingo de ramos y se celebró la correspondiente misa que fue presidida por el Obispo Pedro María Laxague, y concelebrada por el Párroco de la Catedral Fernando Crevatín. Debido a los protocolos y cuidados por la pandemia del COVID19, se eligió hacerla en el atrio de la Catedral Santa Florentina, en la ciudad de Campana, donde un importante grupo de fieles se congregaron.
Esta fue la Homilía del Obispo Laxague
Hoy es un día muy especial, iniciamos con esta entrada triunfal de Jesús en Jerusalén la Semana Santa. Todos gritaban, aclamaban al Señor como Rey, como Mesías, como enviado de Dios.
Escuchamos en el relato inicial lo que vamos a recordar esta semana: se mezcla la cobardía, la corrupción, la coima… todas las miserias de nuestra sociedad se va mezclando en este juicio ridículo que le hacen a Jesús, donde ni siquiera los testigos falsos se ponían de acuerdo para decir las mismas cosas, donde todo era fraguado, montado con una intención premeditada: darle muerte. Así es como murió en la Cruz, como sedicioso, acusado de atentar contra el orden público, etc.
Es una historia sorprendente… y la Semana Santa nos tiene que sorprender a nosotros, nos tiene que conmover, no podemos quedarnos fríos ante todo esto que sucedió y sigue sucediendo en nuestra sociedad.
Nos vamos con un Ramito – ¡es algo muy lindo! – eso manifiesta nuestra fe en Dios, nuestra fe está simbolizada en esa ramita de olivo que a simple vista es algo insignificante, pero para nuestra Tradición significa mucho: que Jesús es el Salvador, el que nos va a redimir.
Durante esta Semana seguiremos los pasos de Jesús, en este calvario, en este juicio, en esta persecución que sufrió y que siempre tendremos presente.
No nos dejemos engañar, no nos dejemos llevar por otras acciones en esta Semana. Esta es la Semana de la fe por excelencia, pongamos el Ramito en un lugar visible de la casa para hacernos acordar que estamos en Semana Santa y que queremos vivirla. Algunos lo colocan en la puerta de la casa, ¡es una muy buena iniciativa! Va a haber celebraciones presenciales, acerquémonos, invitemos a nuestros familiares y amigos, hagamos participar a todos.
El Ramito de olivo es un símbolo de que proclamamos que Jesús es Dios, el Salvador, que nos quiere redimir: un signo de nuestra Fe.
Me quedo, como lo destacó hoy el Papa Francisco, con la frase del centurión – un hombre no creyente, que no era del pueblo de Dios, pagano como se decía antes – cuando lo ve morir a Jesús exclamó: “Verdaderamente es el hijo de Dios” (Mc 15, 39). ¿Cómo habrá hecho este hombre para sentir tan profundamente esta realidad? Desde la cruz, en silencio ya porque estaba muerto, sigue suscitando la fe en la gente. Ante el aparente fracaso de Jesús que pasó de ser un hombre querido, amado, aclamado por la gente… y en pocos días se le volvió todo en contra, ¡fue condenado a muerte!
Contemplemos la Cruz, y tratemos de descubrir lo que nos dice, hoy el Señor nos habla a nosotros como al centurión.
Hoy tenemos tanta incertidumbre, miedos por el COVID19 como comunidad y humanidad toda, reconozcamos nuestra fe en Dios, Él es nuestro Salvador… no hay ninguna enfermedad o peligro que nos aparte del Salvador.
Así con alegría celebraremos la Pascua.
De esta manera y con lo cuidados que estos días demandan para cada encuentro social, deportivo o religioso, la diócesis Zárate-Campana inició la celebración de una de las fiestas cristianas más arraigadas: la muerte del Señor Jesucristo que culminarán el próximo domingo 4 de abril, con el Domingo de Resurrección.
