En el marco de la campaña Es trabajo, no es ayuda, la Oficina de País de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la Argentina señala que las trabajadoras del sector están más expuestas al impacto económico y socio-sanitario de la COVID-19 debido a las condiciones en las que desempeñan su actividad, marcadas por la fuerte incidencia de la informalidad y la falta de acceso a derechos laborales.

Como parte de la campaña interinstitucional Es trabajo, no es ayuda, la oficina argentina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), junto con los principales sindicatos del sector, en su esfuerzo continuado por visibilizar la importancia del trabajo doméstico, destacó la necesidad de garantizar la seguridad y la salud de las trabajadoras, quienes se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad en el actual contexto de pandemia.

En Argentina hay más de 1.300.000 trabajadoras domésticas, de las cuales más de tres de cada cuatro trabajan en la informalidad. Según un informe de la OIT, que destaca los riesgos de seguridad y salud en el trabajo derivados de la propagación de la COVID-19, los trabajadores y trabajadoras informales son particularmente vulnerables durante una pandemia: se enfrentan a mayores riesgos de seguridad y salud en el trabajo y carecen de protección suficiente.

“Debido a la alta incidencia de la informalidad en el sector, la mayoría de las trabajadoras no acceden al sistema de protección social”, dijo Elva López Mourelo, especialista de la OIT a cargo del área de mercados de trabajo inclusivos. “En ese sentido, las trabajadoras informales no tienen seguro e indemnización por desempleo, cobertura por riesgos en el trabajo, licencias por enfermedad u obra social que les permitan estar cubiertas ante todas estas contingencias”, explicó la especialista.

“De allí la importancia de recordar que el servicio doméstico no es una ayuda, sino un trabajo, que a las trabajadoras domésticas les corresponden los mismos derechos laborales que a las y los demás trabajadores y que  tanto ellas como los empleadores tienen derechos y deberes que deben cumplirse”, agregó López Mourelo.

La problemática de los riesgos y la seguridad de las personas en el ámbito laboral está más presente que nunca desde la aparición del coronavirus. En ese sentido, la conmemoración, el próximo 21 de abril, del Día Nacional de la Seguridad e Higiene en el Trabajo subraya tanto la necesidad de proteger la vida, preservar y mantener la integridad psicofísica de las y los trabajadores, como de afianzar la cultura de la prevención de los riesgos, accidentes y enfermedades que puedan derivarse del trabajo.

Uno de los objetivos de la campaña interinstitucional Es trabajo, no es ayuda es brindar respuesta a las principales consultas acerca de los derechos y obligaciones de trabajadoras y empleadores, recibidas y sistematizadas durante los meses de aislamiento social y preventivo, por los sindicatos de trabajadoras domésticas y de amas de casa. Trabajo y Seguridad fue uno de los temas que generó más interés.

Al respecto, en la página web www.estrabajonoesayuda.org, pueden encontrarse contenidos informativos sobre grupos de riesgo, elementos de protección, ART y cobertura, así como también todo lo relativo a Remuneración y Derechos laborales, los otros dos grandes temas que fueron motivo de consulta. Además, pueden consultarse dos videos realizados durante la campaña, uno dirigido a las trabajadoras y otro dirigido a los empleadores (disponibles tanto en la web como en la plataforma YouTube) donde se transmite esta información con rigurosidad y precisión, pero de un modo accesible.

“La campaña Es trabajo, no es ayuda, tiene como objetivo principal el diálogo social entre trabajadoras y empleadores, así como también visibilizar el trabajo en la registración, que el empleador sepa que tiene la obligación de registrar y que la trabajadora sepa que tiene derechos que le garantizan el acceso a todos los beneficios que brinda la ley”, afirmó Carmen Britez, Secretaria de Organización y Actas de la Unión Personal del Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP).

Datos de Interés:

En Argentina hay más de 1.300.000 trabajadoras domésticas, de las cuales más de tres de cada cuatro trabajan en la informalidad, situación que incrementa los riesgos de seguridad y salud en el trabajo por carecer de la protección suficiente.

Según la OIT, cada año el costo global de accidentes laborales o enfermedades relacionadas con el trabajo equivale al 4% del PBI mundial.

Como trabajadora, estar registrada garantiza el acceso a los beneficios de la Seguridad social, por ejemplo:

  • una futura jubilación,
  • Obra Social,
  • posibilidad de contar con las diversas licencias previstas, entre ellas la de maternidad,
  • cobertura por accidentes de trabajo.

Como empleador, además de ser una responsabilidad jurídica, registrar a la trabajadora te protege, entre otras cosas, de:

  • sufrir posibles demandas legales vinculadas con aportes no realizados,
  • costos derivados de eventuales accidentes de trabajo,
  • multas indemnizatorias debidas a la identificación del trabajo informal.

Adicionalmente: 

El Estado, a través de la ANSES, se hace cargo de los gastos de eventuales licencias por maternidad.

Si abonás viáticos, este gasto se reduce, dado que las trabajadoras registradas gozan de importantes descuentos en el transporte público mediante el uso de la tarjeta Sube.

Crédito Fotos: Oficina de País de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la Argentina