Compartimos un trabajo que ha preparado el Prof. Norberto Ovando quién desde la presidencia de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN), desnuda la realidad de lo que nos está ocurriendo y afirma en el trabajo enviado a este Multimedios ” La mayoría de las veces los incendios forestales o rurales en nuestro país terminan apagados por la lluvia”.

ASI SE VIERON LAS TARDES DESDE LA COSTA DE ZÁRATE AL LADO DEL PUENTE, NUESTRA ISLA QUEMÁNDOSE.

Dice Obando “Miles de hectáreas de bosque, campo, plantaciones y ecosistemas quemados, animales muertos y tierras devastadas, significan pérdidas ecológicas irreparables y económicas importantes para el país”.

Como siempre, -describe el profesor- “en primera línea los abnegados/as bomberos y brigadistas, muchas veces mal equipados y mal pagos, pero con esa profesionalidad y voluntad que los caracteriza salen a enfrentar el fuego y la batalla dura muchos días, semanas y hasta meses”.

Por suerte aparece el apoyo aéreo, los “poderosos” Air Tractor y Dromadier y un anfibio AT-802 Fire Boss, que cargan entre 2500 y 3100 litros de agua, pequeños para darles un combate a las devastadoras llamas y así los vemos muchas veces detenidos en el aeródromo esperando que calme el viento, o que el humo disminuya para entrar en acción, mientras el fuego avanza y avanza consumiendo todo lo que hay adelante.

Concluye Ovando “Pasan los días y el fuego con estas herramientas no se apaga…”


Hechos para combatir

Entonces nos falta un aliado más poderoso, algo que pueda hacerle frente, que arroje más agua, que enfríe la vegetación, que ayude constantemente a los bomberos y combatientes; esos aliados pueden ser cualquiera de los cuatro aviones cisterna más grandes del mundo que tienen en su historial la lucha contra las llamas en muchos países alrededor del mundo.
El más grande de los apagafuegos construidos hasta la fecha es un Boeing 747-400 propiedad de la estadounidense Global SuperTanker Services con base en el estado de Colorado, EE.UU. El 747 SuperTanker puede almacenar unos 70.000 litros  de agua en sus bodegas y soltarla sobre un incendio o zona cercana.

HACE POCOS DIAS, UNA IMAGEN QUE SE REPITE CERCA DEL CLUB NAUTICO DE SAN PEDRO.

Sabemos que son los combatientes en la tierra los que finalmente extinguen los incendios, ya que la misión de los aviones cisterna es servir como un multiplicador de fuerza, controlar y contener incendios; al mismo tiempo que proteger a los bomberos, a los ciudadanos y sus propiedades.

Al igual que el 747 SuperTanker, el Ilyushin Il-76 es un avión cuatrimotor del Gobierno de Rusia. En sus bodegas es capaz de almacenar unos 50.000 litros de agua.

El tercer puesto del podio es para el avión McDonnell Douglas DC-10 Air Tanker que tiene la particularidad de que las puertas de carga se abren hacia afuera. En 2006 este coloso tuvo su primer vuelo y desde entonces no ha parado de arrojar los 35.000 litros de agua o retardante que puede albergar en sus bodegas. Es capaz de soltar todo el líquido en tan solo 4 segundos a una velocidad de 260 kilómetros por hora y a una altitud de 60 metros.

Estos tres grandes aviones se pueden alquilar.

El cuarto puesto es para el Bombardier CL415 (antes Canadair). El avión es tanto anfibio como maniobra en tierra, confeccionado para la lucha contra incendios y además multifunción. Este avión turbohélice evolucionó a partir de más de 25 años de experiencia con el CL-215.

Cuenta con un tanque que puede contener 6.140 litros de agua / espuma y  puede recargarse de la superficie de cualquier cuerpo de agua adecuado para la operación.
Este avión es ideal para el ataque inicial de incendios forestales; llegar al fuego en las primeras etapas y dejar caer en repetidas ocasiones grandes cantidades de agua sobre el fuego a reprimir. El Bombardier 415 también se adapta bien a otras misiones, como la vigilancia marítima, patrulla costera, búsqueda y rescate, transporte y para la protección de los recursos naturales.

POR ESTAS HORAS EN EL BOLSÓN, RÍO NEGRO.

El Bombardier 415 puede cargar el agua en el mar, lagos, lagunas, ríos y arroyos, siempre que tengan 2 metros de profundidad y 50 metros de ancho.

Sin detenerse y a 130 km/h, tarda sólo 12 segundos para cargar hasta 6.140 litros, y requiere una distancia de 410 metros sobre el agua para la maniobra.

Diferentes Senadores y Diputados, a través de los años, realizaron informes para que se adquiera un CL415, ya que no es un gasto, es una importante inversión, pero ninguno de los proyectos prosperaron y se perdieron entre montones de expedientes.


Por eso desde hace muchos años seguimos leyendo en diferentes diarios del país, estos títulos:

  • Una lluvia torrencial ayudó a apagar los incendios de bosques en el Nahuel Huapi. Una vez más la lluvia y las bajas temperaturas se transformaron en las mejores armas para combatir los incendios forestales del parque Nahuel Huapi. El alivio llegó de la mano de Dios. Diario Clarín –  02/03/1999
  • La lluvia de ayer apagó los focos de incendio en la selva paranaense. El ministro del Agro y la Producción, Alex Ziegler, que el sábado estuvo en el lugar confirmó que no hizo falta la presencia de los aviones hidrantes. “A las 2 de hoy (por ayer) comenzó a llover, lo que hizo que se apague el incendio”. Diario El Territorio – 14 marzo 2005
  • Rezan para que la lluvia apague los incendios. El obispo prelado de Esquel, José Slaby, lanzó una convocatoria a los fieles con la premisa “de rezar hoy a Dios para que envíe lluvias sobre la localidad de Cholila y la región aledaña, que sufre las consecuencias de un incendio por el momento incontrolable”. Diario Río Negro – FEBRERO 26, 2015.
  • La lluvia apago incendios en las islas pero brigadistas regresan para seguir trabajando para extinguir fuego subterráneo. La lluvia caída en los últimos días en la zona de Rosario apagó los incendios en los humedales del Delta del Paraná. Así lo manifestó a Canal 3 el subdirector de Defensa Civil del municipio rosarino, Gonzalo Ratner. Diario El Litoral – 03.09.2020
  • Juan Schiaretti: “Dios nos envió la lluvia y apagó las llamas”. El Gobernador de Córdoba se refirió a las fuertes precipitaciones ocurridas en la provincia, luego de más de cinco meses de sequía. Desde el mes de julio el fuego arrasó con más de 300 mil hectáreas. Así titulo Infobae el 20 de Octubre de 2020

Conclusión: Compatriotas, no nos olvidemos de rezar para que la lluvia apague los actuales y futuros incendios.