Cuatro escaladores de Greenpeace subieron hasta los 30 metros de altura sobre la antigua instalación en Puerto Punta Colorada, para desplegar un cartel con la leyenda “Mar sin petróleo”, contra el avance de la expansión petrolera en las aguas del Golfo San Matías. Mientras realizaban el despliegue, tres de ellos, Carlos Bariggi, María Margetich y Florencia Maglia, fueron detenidos por la Prefectura.


El hecho se produjo en el Puerto de Punta Colorada donde funcionaba para transporte de hierro, allí pretenden instalar en la zona la infraestructura para la industria petrolera. La construcción, inactiva tras ser utilizada en forma intermitente por más de cuarenta años, está en el lugar donde la industria petrolera pretende construir un puerto. Pero a sólo 8 kilómetros de allí se encuentra el Parque Nacional Islote Lobos donde el Pingüino de Magallanes, una de las especies marinas más vulnerables, tiene su lugar de reproducción.

“Al momento de la detención, los activistas de Greenpeace se encontraban realizando una acción no violenta para alertar sobre los peligros de un puerto petrolero en las aguas del Golfo San Matías, lo que podría generar graves daños en la zona de reproducción y cría de la Ballena Franca Austral”, sostuvo Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace.

La actividad fue presenciada por los tripulantes del barco de la organización Witness, en su primera expedición por el Mar Argentino. Entre mayo y junio, la embarcación recorre las costas con investigadores, especialistas, organizaciones aliadas, representantes de las comunidades costeras y personalidades públicas a bordo, para relevar y visibilizar las amenazas de la industria petrolera sobre la fauna y los ecosistemas marinos.

En septiembre del año pasado, la Ley 3308 fue modificada a puertas cerradas por la Legislatura de Río Negro para habilitar la construcción de un puerto petrolero en las aguas del Golfo San Matías. Dicha ley protegía al Golfo de la actividad petrolera, ya que prohibía explícitamente la construcción de oleoductos como también de terminales para la carga y descarga de los buques petroleros.

A finales de 2022, organizaciones de todo el país acudieron a la justicia para que se declare inconstitucional la modificación de la ley 3308 de la provincia de Río Negro, pedido que el Superior Tribunal de Justicia de la provincia desestimó hace dos semanas, por considerar que no existe “legitimidad activa” de los accionantes. “Sin dudas se desestima el reclamo de la comunidad, que logró la protección del golfo hace más de dos décadas y que hoy nuevamente exige su protección. Agotaremos las instancias judiciales correspondientes para que el Golfo San Matías no sea vulnerado por la industria petrolera”, agregó Vueso.

A su vez, advirtieron sobre el impacto que un puerto petrolero en dichas aguas puede tener sobre la Península Valdés, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad. “Las aguas del Golfo San José, ubicado al norte de la Península, dependen del intercambio de aguas con el Golfo San Matías. Es decir que un potencial derrame mayor y la certeza de los microderrames implican impactos permanentes y condenan a las especies y comunidades de la protegida Península Valdés”, agregó Vueso.

“Además, la actividad petrolera pondría en riesgo las principales actividades económicas de las comunidades locales son las pesquerías artesanales, el turismo orientado a la pesca deportiva, el buceo y el avistaje de fauna marina”.