Especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA alertan sobre el impacto de esta nueva ola de calor en la salud. Buscar lugares frescos, preferir espacios verdes, evitar horarios donde el sol es más fuerte y llevar una alimentación e hidratación adecuadas son algunas de las recomendaciones para no sufrir los problemas más frecuentes frente a este tipo de fenómenos meteorológicos.
Vuelven las olas de calor y, de acuerdo a un informe publicado por la revista Lancet, cada vez son más frecuentes e intensas. Este fenómeno “ha puesto en riesgo cada vez más la salud y la supervivencia de los niños menores de un año y de los adultos mayores de 65 años”, advierten los autores del artículo.
El Dr. Raúl Mejía, Jefe del Departamento de Medicina Ambulatoria del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 62.123), coincide: “Este problema afecta principalmente a los chicos y las personas grandes porque no toman líquido y les cuesta regular la pérdida de líquido corporal. El mecanismo de producción inicial es que la pérdida de líquido es superior a la ingesta de líquido. Las personas mayores suelen no tener sensación de sed, y pasa lo mismo con los bebés, que además en ocasiones no tienen acceso a hidratarse. También impacta más en pacientes con enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras predisponentes. El resto de las personas habitualmente se sienten mal, tienen mucho calor, pierden líquido y se sienten cansadas. Eso es un paso previo al golpe de calor”.
De acuerdo a los especialistas, para mantener una hidratación adecuada se recomienda que un adulto sano consuma 2,5 a 3,5 litros de agua por día, de acuerdo a su género y talla. Además, se sugiere tomar preferentemente agua. Las bebidas con cafeína y/o azúcar tienden a deshidratar más. En adultos mayores, salvo que tengan una situación médica que lo impida, se sugiere 1 vaso de agua por hora. En el caso de los bebés, lo mejor es que tomen leche materna.
El otro factor clave para prevenir o atenuar los efectos del calor es reducir el tiempo total de permanencia bajo el sol, y sobre todo evitar la exposición entre las 11 y las 16 horas, cuando está más fuerte. Además, esto previene el cáncer de piel. Tal como explica la Dra. Graciela Manzur, jefa de la División Dermatología del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 63141), “la exposición a la radiación UV sigue siendo el factor de riesgo más importante para esta enfermedad y este tipo de factores relacionados con el cambio climático pueden contribuir al aumento de casos”.
Los especialistas recomiendan usar gorra o sombrero, anteojos de sol y el uso de protector solar. Respecto de este producto, Manzur da una serie de instrucciones para su correcto uso: “Debemos aplicarlo media hora antes de salir al sol y preferentemente antes de ir a la calle, la playa o la pileta. La piel debe estar seca y se debe usar cantidades generosas del producto. Hay que tener en cuenta que, si bien puede ser “resistente al agua”, es conveniente volver a colocarse fotoprotectores al salir del mar o la pileta, y también cada dos horas como mínimo. Aunque el protector solar diga que es a prueba de agua, con el uso de las toallas para secarse y el correr de las horas, va perdiendo capacidad para protegernos del sol, por eso lo ideal es ponerse cada dos horas”.
Otras recomendaciones para prevenir un golpe de calor incluyen:
- Elegir lugares frescos, ventilados -no es necesario que haya aire acondicionado-, con poca concentración de personas. En el caso de circular por la calle, tratar de ir por la vereda de la sombra -hay hasta 3 grados de diferencia entre el sol y la sombra-.
- Consumir frutas y vegetales. Evitar las comidas con mayor contenido graso, que generan más trabajo en el tubo digestivo. En el caso de comer helado, es ideal que sea de agua y sin azúcar.
- Actividad física: tener en cuenta que la mejor forma de eliminar calor es la evaporación, lo cual es ineficaz cuando hay mucha humedad, favoreciendo los golpes de calor. Una variedad del golpe de calor es el producido por el ejercicio. Por eso hay que tratar de disminuir la actividad física. En el caso de sostener el entrenamiento, conviene hacerlo antes de las 9 de la mañana o al bajar el sol. Tomar agua antes, durante y después de la actividad física.
- Utilizar ropa holgada, liviana y evitar fibras sintéticas que se adhieren al cuerpo e impiden la sudoración.
- También se aconseja refrescarse a menudo en las zonas que se concentra más el calor como el cuello, axilas, ingles. Colocar compresas frías si es necesario.
¿Qué hacer ante un golpe de calor?
Las manifestaciones más habituales del golpe de calor son la presencia de temperatura corporal elevada, cansancio, náuseas, vómitos, modificación de la frecuencia cardíaca, dificultad para respirar, enrojecimiento de la piel, pérdida de la conciencia, síncope e inclusive coma. Y pueden darse complicaciones médicas tales como una falla renal o alteraciones respiratorias.
Lo primero es contactarse con el sistema de salud. Se debe bajar la temperatura corporal: poner a la persona en un lugar fresco, que puede ser una habitación o un auto con aire acondicionado, o colocarla frente a un ventilador, mojarle la piel con paños o agua fría, y retirar todas las prendas que se pueda. Se debe tratar de rehidratar a la persona, con líquidos fríos, en forma regular, hasta que llega el médico y se arriba al centro de salud.
Comunicación Institucional del Hospital de Clínicas