La camelina se utiliza como materia prima ultra baja en carbono para la producción de biocombustibles avanzados. Se trata de un “cultivo intermediario” que en Argentina se siembra en invierno entre cultivos principales, ayudando a preservar la salud del suelo, especialmente entre los cultivos de verano de soja y maíz. Ya es promovida en Argentina por LDC y Global Clean Energy, como parte de su colaboración estratégica desde 2023.

La colaboración anunciada hoy está alineada con la estrategia global de sustentabilidad de LDC, cuyo enfoque clave es contribuir a los objetivos climáticos globales impulsando la descarbonización en las operaciones y cadenas de suministro del grupo, incluyendo esfuerzos para impulsar la adopción de prácticas de agricultura regenerativa en sus principales cadenas de abastecimiento.

Global Clean Energy se ha asociado con LDC para avanzar en la producción de camelina en Sudamérica mediante la entrega de genética superior, la producción de semillas de camelina, la promoción del cultivo y el apoyo técnico a los productores a través de su marca Camelina Company.

“Estamos emocionados de expandir nuestro trabajo en Argentina con LDC, aunando fuerzas con el programa PRO Carbono de Bayer”, dijo Noah Verleun, Presidente y CEO de Global Clean Energy. “Esta colaboración estratégica nos acerca un paso más a hacer de la camelina un contribuyente clave para la agricultura regenerativa, mientras escalamos la producción sustentable de materia prima para biocombustibles avanzados a nivel mundial”.

Bayer promueve la agricultura regenerativa combinando soluciones sustentables y herramientas digitales para producir más con menos recursos mientras se restaura la naturaleza, buscando no solo mejorar las cosechas sino también ofrecer resultados positivos para el medioambiente. En este sentido, y en colaboración con otros actores de la industria, el programa PRO Carbono de Bayer ayuda a los productores a implementar prácticas agronómicas sustentables que aumentan la productividad, reducen las emisiones y capturan más carbono en el suelo, en particular la siembra directa, así como una mayor rotación de cultivos y la incorporación de cultivos de servicio para mantener los suelos cubiertos la mayor parte del año.