ANTES DEL INVIERNO, ESTÁ EL OTOÑO

Por Daniel A. Vogel – Buen día. Buen domingo para todos, última jornada de verano. Ya estamos en otoño y anoche, en el festival en Plaza Italia en el anfiteatro Homero Expósito, se notó el bajón de la térmica en los pocos corajudos que estuvieron presentes, disfrutando el espectáculo del Festival de Tango, el que contó con buenos artistas tanto locales como forasteros.

Se celebró de esta manera, el cumpleaños 168 de Zárate y se pudo ver la recuperación de ese evento popular presencial, después de 2 años de pandemia y de sucesivas suspensiones.

Fue cuestionado por algunos el Festival.

Digamos que siempre está el dilema entre gastar para un evento popular y de festejos, con las necesidades -muchas o pocas, no importa- que se tiene en la comunidad, las que podrían llegar a considerarse prioritarias, por sobre una fiesta.

Pensemos. ¿Qué hacemos en nuestro ámbito familiar cuando tenemos a un abuelo postrado, enfermo a punto de partir y si un nieto o un hijo joven cumpleaños? Acaso, ¿dejamos de celebrarlo?

En fin, se conmemoró el Aniversario de Zárate y creemos que se hizo en el marco de austeridad y dentro de las posibilidades post pandémicas o post cuarentena, que nos posibilitó celebrarlo.

Este año se ha observado un gasto mucho más moderado -y prudente- respecto a los festejos pre-cuarentena o, prepandemia antes del 2020. Y creemos que está bien que Zárate haya celebrado su aniversario. Como también estaría muy bien que nos ocupásemos de la lista -amplia, por cierto- de las necesidades y muchas, postergadas en la sociedad zarateña.

También vamos a detenernos hoy, a analizar dos hechos políticos locales, ocurridos en el transcurso de esta semana que hemos transitado. Uno tiene que ver con Lima y otro tiene que ver con el Concejo Deliberante.

Lima, al fin consigue el estatus de ciudad. Es reconocida ya como localidad propia, aunque todavía se espera sea aprobada su separación del partido de Zárate para constituirse en partido propio, para ello hay que evaluar muchas cosas. Principalmente si todos salen ganando o si todos terminan perdiendo, con la autonomía de Lima y su secesión.

Por otro lado, se viven tiempos tormentosos en la política local.

Casi coincidiendo con los que se observan en el ámbito nacional, con el fraccionamiento de Frente que gobierna el país, dónde se ha marcado con claridad la diferencia de opinión entre el presidente y la vicepresidenta y sus bloques, tanto de diputados como de senadores, que formaban parte de esta coalición de Gobierno.

En el ámbito local, iniciamos marzo con una nominación de un presidente del Concejo Deliberante poco convencional. Se ha tirado por tierra aquello de que “el que gana preside y el que pierde acompaña”, todos conocemos qué ocurrió para que Morino alcanzará a tener los votos suficientes para presidir el HCD de la ciudad de Zárate, con un voto de rara manera obtenido, el que si bien es cierto le dio institucionalidad al cargo, está en cuestionamiento su legitimidad.

Y ya se observó en el primer llamado a Sesión Ordinaria donde, sorpresiva e intempestivamente, fue suspendida.

Esta semana, en un hecho histórico e insólito, se cerraron las puertas del Concejo Deliberante, se le puso candado a la democracia y como todos conocemos, 14 de los 20 concejales estaban a las puertas durante horas, esperando que se abrieran las mismas y que los representantes -todos- de la ciudadanía se sentaran en las bancas a debatir, como todos los zarateños y limeños, esperamos.

En fin. Arrancamos el otoño que anticipa las frías temperaturas del invierno.

Arrancamos las Sesiones del Concejo Ordinarias con mucho frío democrático. Ojalá nos sintamos un intenso descenso de la temperatura, que nos congele como sociedad.

Por último, digamos que, desde el Gobierno Nacional, hace 48 horas se le declaró la guerra a la inflación y ya las góndolas de Zárate, se ven vacías de fideos, de harinas, de aceites y de muchos productos primera marca. Ver: https://eldebate.com.ar/gondolas-en-zarate-ya-se-empiezan-a-ver-vacias-ante-la-declarada-guerra-a-la-inflacion/

Alguien supo decir “hay que pasar el invierno”. Ahora podemos afirmar, hay que caminar el otoño.

Este otoño señores, el del 2022, que parece venir muy cargado de tensión y de disputas políticas innecesarias que mucho nos alejan de “una mesa común de diálogo” donde prime el entendimiento por aquellas cosas que preocupan al ciudadano común, principalmente el hambre.

AL QUE LE QUEPA EL SAYO…