Vastas regiones del territorio bonaerense se vieron afectadas con fuerte impacto en el agro y la producción; así como también las fuertes lluvias y vientos generaron destrozos y hubo que lamentar víctimas fatales.

Una laguna bonaerense casi sin agua.

Fenómenos climáticos extremos azotaron este 2023 a amplias regiones del territorio bonaerense: mientras que a principios de año una histórica sequía afectó severamente áreas productivas con impacto en el agro; en diciembre, un temporal extremo provocó destrozos en unas 46 comunas del interior y del AMBA, y hubo que lamentar 17 víctimas fatales.

En el medio, otros eventos climáticos también tuvieron protagonismo: por ejemplo, las sierras de Tornquist amanecieron nevadas una mañana de febrero y, en La Plata, volvieron a verse imágenes de 50 centímetros de agua en el interior de las viviendas por un fuerte temporal ocurrido en agosto.

“Hemos gobernado la provincia de Buenos Aires con sequías y con temporales e inundaciones; de la falta de agua pasamos a la sobreabundancia. Aquel que sigue negando el cambio climático pasa de necio a ignorante y de ignorante a negador”, dijo el gobernador Axel Kicillof en las últimas horas, al presentar una línea de crédito especial para damnificados por las catástrofes climáticas.

Es que en marzo, una ola de calor extremo agravó la situación por la escasez de lluvias, que ya era notable en la provincia de Buenos Aires, y generó un impacto sumamente negativo en los sectores ligados al agro, sobre todo en la que se conoce como la zona núcleo, donde están las mejores condiciones climáticas y de fertilidad para los cultivos.

“Nosotros tenemos 135 partidos y de ellos 62 están en situación de emergencia agropecuaria”, reveló por entonces el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez. Mientras que el Gobierno nacional llegó incluso a hablar de la peor sequía en 100 años.

En los campos ganaderos, muchos productores se vieron incluso obligados a comprar rollos y agua a diario porque no tenían cómo alimentar a los animales, cuya mortandad fue estremecedora. Mientras que para mediados de año apenas se pudo sembrar menos de la mitad del área de cereales de invierno por falta de humedad en los suelos.

Por ejemplo, en Carlos Tejedor, desde mayo de 2022 hasta mediados de 2023 llovió menos de la mitad de lo esperado. Según la Asociación Rural de ese distrito, recibieron solo 390 milímetros cuando el promedio es de 850 a 900 milímetros.

Las postales de las lagunas completamente secas también se hicieron frecuentes, por ejemplo, en Chascomús, San Vicente, Navarro y Lobos, afectadas también por el fenómeno que los meteorólogos mencionaron como La Niña.

Uno de los clubes bahienses destruidos por el temporal del sábado por la noche. (La Brújula 24)

Temporal y tragedia

Tras meses de intensa sequía, hacia la segunda mitad del año comenzaron las lluvias y las tormentas, el granizo y las inundaciones fueron protagonistas. Por ejemplo, en agosto, hubo récord de lluvias en municipios del AMBA y, en La Plata, la gran cantidad de agua volvió a preocupar cuando, a mediados de ese mes, se registraron postales de casas inundadas, árboles caídos y personas evacuadas, tras un diluvio que llegó luego de días primaverales en pleno invierno.

En aquella ocasión, en la capital bonaerense, cayeron 158 milímetros de lluvia y se inundaron algunas zonas. En rigor, llovió el doble de lo que llueve en La Plata en todo agosto.

Pero el fenómeno más extremo en la provincia se vivió el último mes del año. El sábado 16 de diciembre una tormenta de lluvia y viento de más de 150 kilómetros por hora generó destrozos y provocó la muerte de 17 personas.

La peor parte se la llevó Bahía Blanca, en el sur bonaerense, donde se desplomó el techo del club Bahiense del Norte y murieron 13 personas. Las otras cuatro víctimas fatales fueron una mujer en Moreno, quien falleció al ser aplastada por una rama en la vía pública; un hombre en Coronel Rosales, que cayó a un pozo de una obra de agua; un joven de 19 años en Cañuelas, quien perdió la vida tras chocar su moto contra un poste de luz que se encontraba fuera de lugar por la tormenta y el viento. Y el último confirmado, un joven de 30 años en San Martín, que falleció tras ser afectado por la voladura de una chapa.

La Provincia decretó la emergencia en todo el territorio y tres días de duelo. El gobernador Axel Kicillof viajó a Bahía Blanca y activó el comité de crisis junto al intendente Federico Susbieles. Hasta allí llegó también el presidente Javier Milei.

En total, el temporal provocó destrozos en 46 municipios en el interior y en el AMBA, y más de 7 mil familias fueron afectadas y tuvieron que ser asistidas por las autoridades locales y provinciales. En Bahía Blanca, por ejemplo, al cierre de esta edición, algunas viviendas continuaban sin energía eléctrica tras dos semanas y desde la empresa EDES hablaron de “crisis inédita” y explicaron que tuvieron que reconstruir la red “desde cero”.

La fuerte tormenta “con forma de arco”, fenómeno acompañado por ráfagas de viento de más de 150 kilómetros por hora, provocó voladuras de techos, caída de árboles y postes de luz, inundaciones y destrucción de vehículos y viviendas en los distritos de Zárate, Alberti, Junín, Pehuajó, Trenque Lauquen, Escobar, General Rodríguez, Hurlingham, Ituzaingó, Lujan, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Mercedes, Merlo, Moreno, Morón, Navarro, Pilar, San Fernando, Tigre, General Paz, Exaltación de la Cruz, Ramallo, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Carmen de Patagones, Tres Arroyos, General Rosales, Almirante Brown, Berisso, Brandsen, Florencio Varela, Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes, San Vicente, Esteban Echeverria, General San Martín, Veinticinco de Mayo, Magdalena, Chivilcoy, San Pedro, La Matanza y La Plata, entre otros. (DIB)