Aprobaron en su primera experiencia federal

Más que aceptable. Sin lugar a dudas que lo hecho deportivamente por Zárate Básket fue bueno. Más aún, si se toman en cuenta los contratiempos dirigenciales que hubo para armar el plantel y luego con varias complicaciones de logística (principalmente con las canchas para entrenar y jugar) que podían haber perjudicado el andar del elenco de Oscar Comelli en el plano basquetbolístico. Con una base de jugadores de la ciudad (como Pascolatt, Madoz, Devoto, Carugatti, más los juveniles), más jugadores polifuncionales como Aranda, Actis y López (que le aportaban anotación, rebotes), Zárate Básket sorprendió de entrada en la Zona Bonaerense, olvidándose enseguida de su primer objetivo que era mantener la categoría, para pasar a tener una mirada más ambiciosa. Luego el equipo tuvo cierta irregularidad que lo alejó de la cima, pero siempre se mantuvo en carrera por el lugar de escolta, gracias a una fuerte localía que se acentuó con la remodelación del gimnasio de Paraná, pero que tuvo quizás como mayor falencia, la merma del rendimiento colectivo cada vez que salió a terreno ajeno. Terminó la fase regular con 13 victorias y 11 derrotas (con sólo 4 victorias de visitante en 12 juegos), que lo dejó como el mejor posicionado para la Reclasificación. Allí no tuvo problemas en dejar en el camino a un elenco menor como fue Unión de Mar del Plata y en el primer cruce de Conferencia ante un rival muy aguerrido físicamente como Pérfora de Plaza Huincul, Zárate Básket mostró que era más desde el juego, pero que le faltó romper ese “karma” de pisar fuerte lejos de la ciudad, quedando eliminado, pero cumpliendo deportivamente con lo que fue su temporada debut.