Así afecta el cambio climático a los animales

El calentamiento global, la contaminación y diversas decisiones tomadas por el hombre, están cambiando el clima y afectando a los animales. Es necesario que tomemos conciencia.

El cambio climático se siente cada vez más fuerte en diferentes lugares del mundo; el Caribe, es víctima de huracanes devastadores y frecuentes. Las zonas de hielo sufren derretimiento. Los campos son víctimas de inundaciones que destrozan los pastizales y animales que allí habitan. Las zonas montañosas protagonizan terremotos frecuentes y altos en la escala de Richter. En conclusión, cada vez presenciamos más desastres naturales.

Lamentablemente, los animales no tienen voz para expresar cómo están desapareciendo sus hábitats, familias y costumbres debido a la necesidad de desarrollar nuevas habilidades, muchas veces ajenas a su conducta natural, sólo con el fin de sobrevivir.

El fenómeno del zud

Se trata de un fenómeno climático que se repite de manera cíclica, en el que una sequía durante el verano se combina con un duro invierno, lo que lleva a que los animales mueran de hambre o de frío. Este fenómeno es muy común en Mongolia, donde prácticamente no hubo lluvias en el verano de 2015 y el invierno siguiente tuvo temperaturas de hasta -50ºC durante días, con nevadas más fuertes de lo común.


El cambio climático también contribuye a la propagación de enfermedades. Entre ellas están el ébola, el dengue, la malaria, el cólera, el virus del Nilo occidental, y la enfermedad de Lyme. Diversas investigaciones, hechas por ejemplo en India y Kenia, asocian las enfermedades de los animales de granja con las variaciones producto del cambio climático.


Los desastres naturales tienen un impacto aún más directo en la salud de los animales. Durante las tormentas o inundaciones, ellos corren el riesgo de contraer infecciones graves, como carbúnculos o la enfermedad de Newcastle. La exposición a la lluvia y los vientos fuertes también causan dolencias respiratorias, vómitos y diarrea. Los animales atrapados durante inundaciones, o atascados en el lodo o la nieve (como sucede con los zuds), pueden desarrollar problemas en sus patas y cascos. Y en sequías extremas, sufren por desnutrición y deshidratación.

Justamente, un estudio mostró que el clima está alterando o interrumpiendo los patrones migratorios de pájaros, mariposas y peces. Entre ellas, además de las golondrinas, están el carbonero común en Europa, el salmón de Alaska, la mariposa monarca, la cigüeña blanca, y los gansos canadienses, así como diversas aves costeras de Israel.

Fuente: Ecoportal