Un grupo de investigadores de varios países evaluó de qué manera afectará este fenómeno a uno de los peces que más consumen los humanos.
Para hacerlo analizó datos entre 1958 y 2004; sus conclusiones parecen buenas noticias: el atún podrá continuar siendo parte de nuestra dieta.
Uno de los peces más populares en la alimentación humana es el atún. Es usual encontrar muchas presentaciones de esta especie en latas que reposan en estantes de supermercados. También suele ser cocinado como filete en diferentes restaurantes y es uno de los ingredientes cruciales en el sushi japonés.
Realizada por el Centro Tecnológico experto en Innovación Marina y Alimentaria (España), ICM-CSIC de Barcelona y CSIRO de Australia, la investigación tuvo en cuenta el efecto de las condiciones ambientales en la distribución mundial de los túnidos como el bonito del norte, el atún rojo atlántico, el atún rojo del sur, el patudo tropical, el listado y los atunes de aleta amarilla o rabiles entre ese lapso.
Publicada en la revista Global Change Biology, permitió investigar la influencia del cambio climático en el futuro y hacer predicciones concretas.
El estudio ha permitido analizar cómo cambiará la distribución mundial y la abundancia de las principales especies de atún debido al cambio climático y, de esta forma, cuantificar las tendencias futuras (cuánto se moverán) de las poblaciones.
Fuente: El Espectador