Llega el calor y con ella vuelve la actividad en las piletas, ríos, arroyos y playas. Disfrutarlas evitando accidentes graves está al alcance de todos. Cerca de un 80% de las lesiones medulares tienen origen traumático, entre las más comunes se cuentan las caídas, los accidentes de tráfico y en el ámbito del deporte se destacan las zambullidas. “Las lesiones medulares por zambullidas son un tipo de daño en la médula espinal causado por un impacto violento de la cabeza contra el fondo del agua.
Estas lesiones pueden provocar distintos grados de discapacidad que abarcan la pérdida de sensibilidad y movimiento en las extremidades o en todo el cuerpo; a su vez si se aspira agua se puede producir una neumonía aspirativa que puede complicar severamente el cuadro” explica el Kinesiólogo Oscar Alzua, director de rehabilitación en Rehab Center.
La Organización Mundial de la Salud estima que entre 250.000 y 500.000 personas sufren cada año en todo el mundo lesiones medulares, de las cuales el 6% se deben a zambullidas imprudentes. “En general los lesionados por zambullidas imprudentes suelen ser personas jóvenes y se produce cuando la cabeza impacta contra una superficie baja y hay una flexión del cuello. Pueden ocurrir en piletas, lagunas, playas o acantilados, y se asocian a menudo con el desconocimiento de la profundidad del agua” amplía el Klgo Alzua.
A su vez la Organización Panamericana de la Salud sostiene que las lesiones son una de las primeras causas de mortalidad y morbilidad en el mundo. Los incidentes que producen lesiones serias o fatales no son episodios azarosos o impredecibles. En muchos casos, se pueden identificar y se puede hacer algo para evitarlos. Durante las últimas décadas, la investigación ha demostrado que muchas lesiones se pueden prevenir, o su gravedad puede ser reducida, a través de la implementación de medidas sencillas.
La Cruz Roja Española lanzó una campaña de concientización para el verano dado que las lesiones cervicales son las potencialmente más graves de entre las diferentes lesiones medulares, puesto que pueden afectar a la respiración, incluso ser causa de muerte. En este sentido el Klgo Alzua remarca que “lo mejor es la prevención: primero conocer el lugar, la profundidad, que el agua esté limpia y se vea el fondo y, como regla general, zambullirse con los brazos extendidos delante de la cabeza, así el impacto será sobre las manos y no en la cabeza”.
Las personas con lesiones medulares por zambullida requieren una atención médica urgente y especializada. Al momento del accidente el Klgo.Alzúa subraya que:
- El rescatista deberá inmovilizar con sus manos el cuello alineado con el cuerpo hasta que llegue el servicio de emergencia con el equipamiento adecuado.
- Evitar que el accidentado se mueva y tratar de calmarlo en el caso que se encuentre lúcido.
- Si necesita maniobras de resucitación alguien debe mantener el cuello del paciente mientras se realizan.
Tras la evaluación del daño, que puede ser desde un simple golpe a fracturas o hematoma cerebral, por parte de un equipo de especialistas se definirá si es necesario una intervención quirúrgica y asistir a un centro de rehabilitación”, comenta Alzua.
Las lesiones afectan no solo a la víctima inmediata, sino también a su familia y a miembros de la comunidad cercana, y pueden producir un alto costo social y económico para la sociedad. Según la Organización Panamericana de la Salud la carga económica de las lesiones es grande, tanto en términos de los costos directos de la atención médica como de los costos económicos indirectos de la muerte prematura y la discapacidad.
Esta carga se magnifica cuando uno o más miembros de una familia se ven obligados a dejar de trabajar para cuidar a un miembro de la familia o un pariente discapacitado. Se pierden incontables horas de productividad mientras que la familia, los amigos y la sociedad se adaptan a la muerte o la discapacidad de los seres queridos Las personas con lesiones medulares por zambullida requieren una atención médica urgente y especializada, así como un proceso de rehabilitación integral que aborde las secuelas físicas, psicológicas y sociales derivadas de la lesión.
La rehabilitación tiene como objetivos prevenir las complicaciones secundarias, mejorar la funcionalidad y la autonomía personal; facilitar la adaptación psicosocial y la integración familiar, laboral y comunitaria; y promover la calidad de vida y el bienestar emocional.
La rehabilitación debe adaptarse a las necesidades de cada persona y basarse en un enfoque multidisciplinar, resalta el Klgo Alzua, e involucrar a profesionales de diferentes áreas, como médicos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y trabajadores sociales.
En Argentina, existen diversas instituciones que brindan servicios de diagnóstico, tratamiento y rehabilitación como Rehab Center, que cuenta con un equipo de profesionales capacitados que se asegurarán de elegir el mejor tratamiento y adaptarlo para tratar la lesión y facilitar la rehabilitación de modo integral.