“Se nos ocurrió bailar un tango y mostrar carteles con las leyendas ‘No al maltrato’ y ‘Sí a los derechos de las personas mayores'”, explicaron desde la organización.
Un grupo de personas adultas mayores que participó de un taller de tango-danza que se dictaba en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) se sigue juntando una vez al mes en otra institución, tras la convocatoria de su maestro Edgardo Fernández Sesma, para pasar una tarde entre amigos, disfrutar de un espectáculo y una milonga. Asimismo organizan por cuarto año consecutivo la jornada Un Tango contra el Maltrato y el Abandono a las Personas Mayores.
“Estuve dos años dando clases de tango-danza en la Escuela de Arte del ECuNHi, hasta que se cerró el taller. Fue una experiencia maravillosa. A la primera clase vinieron 12 personas y al mes éramos más de 100”, recuerda Fernández Sesma.
Asimismo remarca: “En la segunda clase me di cuenta que había cosas más importantes que la enseñanza y tenían que ver con el clima del lugar y el afecto que casi todos (los alumnos y alumnas) reclamaban. Y ese afecto iba unido a la necesidad de vivir un momento de mucha alegría”.
Tras cerrarse el curso, Fernández Sesma comenzó a organizar jornadas de reencuentros en SIGLA (Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina), ubicada en el barrio porteño de Parque Chacabuco.
“Hace un año y medio conseguí que nos reunamos en la entidad de bien público SIGLA, donde doy clases hace ocho años. Nos juntamos un domingo por mes desde el mediodía a la tardecita. Compartimos un almuerzo -cada uno lleva algo para compartir- y bailan toda la tarde. También invito a bailarines, cantantes y a gente de otras edades” a fin que el Taller del Reencuentro también sea una jornada intergeneracional, señala el maestro.
Acerca de la importancia del tango para las personas mayores, Fernández Sesma afirma que “para la mayoría es parte de su vida, es un recuerdo que tienen desde la infancia, algo que los acompaña desde chicos. Sus padres ya lo escuchaban. Es algo muy fuerte, está ligado a su vida y forma parte de su historia, aunque no lo bailen”.
La propuesta
Cuando estuvo al frente del taller gratuito de tango-danza en el ECuNHi (en la ex ESMA), el maestro comenzó a “escuchar quejas” por parte de los adultos y adultas mayores, quienes “se sentían solos, los hijos están ocupados y los nietos no los iban a ver”. Entonces propuso organizar una actividad para promover el buen trato. Así surgió “Un tango contra el Maltrato y el Abandono de las Personas Mayores”.
“Se nos ocurrió bailar un tango y mostrar carteles con las leyendas ‘No al maltrato’, ‘Sí a los derechos de las personas mayores’”. El primero lo hicimos para la Escuela de Arte del ECuNHi. El segundo, en un hogar ubicado en José León Suárez, donde también pasamos toda la tarde. El tercero, en la estación de trenes de Constitución, que fue el más grande y lo pasaron por Acua Mayor, por un canal de Córdoba, otro de Tucumán y en algunas agencias de PAMI. La gente sacaba fotos, filmaba, preguntaba. Son granitos de arena y el mensaje se multiplica”, destaca.
El tango de este año está en plena organización. Será un domingo de octubre, aún a definir. “Ya tenemos una cantante y estamos viendo el lugar”, agrega.
Asimismo Fernández Sesma comenta que esta campaña de concientización surgió de otra que ya venía organizando junto a amigos milongueros, quienes se unen circunstancialmente tras la convocatoria en las redes: “Un tango contra la homofobia”.
La misma comenzó en 2012. Un grupo de personas se juntan para bailar un tango, en este caso, portando carteles en la espalda con los nombres de los países que “todavía tienen leyes que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo”, explica.
“La primera vez fue en 2012, en Plaza de Mayo. Éramos pocos, pero al año siguiente fuimos 50 personas -destaca-. Y la última (IX edición de “Un tango contra la homofobia”) se hizo en abril de este año, en la plaza Dorrego, San Telmo, donde participaron cerca de 150 personas. Recibimos mensajes de todas partes del mundo. Es una gran experiencia”.