Con una carta pública dirigida a los “queridos espectadores y amigos”, BAMA (Buenos Aires Mon Amour) anunció el cierre de sus tres salas que proyectaban películas por fuera del circuito comercial. “No dejen de ir al cine”, pidió Guillermo Cisterna Mansilla, cofundador y programador, en el comunicado.
Todo comenzó con la creación del Cineclub Buenos Aires Mon Amour. A fines de 2008, BAMA se instaló en un PH en San Telmo con 38 butacas y al año siguiente se sumaron cursos y talleres especializados en el séptimo arte. A partir del 2010, las funciones se dieron en el Microcine Godard, ubicado en el Hotel Elevage, y en mayo de 2013, BAMA llegó a su lugar definitivo, en la calle Sáenz Peña, recuperando el perdido Arteplex.
El cierre de este lugar tan querido por el circuito cinéfilo porteño —que contaba con tres salas— se da en un contexto de crisis económica. Sin embargo, en el comunicado no se precisan los motivos. Es un duro golpe, no sólo al cine de autor y no comercial, sino en general porque se cierra una opción diferente y bien cuidada.
Fuente: Infobae
