“Se trata de una medida reparadora, que busca fomentar la competencia y generar nuevas oportunidades para las industrias y productores pymes, terminando, además, con las prácticas abusivas de las grandes cadenas que imponían sus condiciones de compra”, señaló el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Gerardo Díaz Beltrán, quien destacó que esta ley beneficiará también al consumidor, que tendrá más opciones para elegir.
Según la nueva legislación, los supermercados deberán ofrecer un mínimo de cinco proveedores de un mismo producto por góndola, además del establecimiento de un tope de 30% de espacio por marca. Por otra parte, estarán obligados a garantizar un 25% del espacio para exhibir productos elaborados por micro y pequeñas empresas nacionales, y el 50% al lado de las cajas. También se prohíbe el alquiler de lugares preferenciales en góndolas o locaciones virtuales, al considerarse una “exclusión anticompetitiva”.
Desde hace años, CAME venía pidiendo una normativa que remediara distintas situaciones que por décadas vulneraron el interés de las pymes, como los plazos de pago excesivamente largos; la obligación de contratar servicios de reposición; la aplicación de débitos unilaterales; la facturación de servicios no acordados previamente; la realización de promociones con cargo para la empresa proveedora; la exigencia de entrega de productos en forma gratuita por incorporación o por apertura de sucursales; la obligación de responder por productos no vendidos, y las exigencias logísticas no acordes a las posibilidades de una pequeña empresa, entre otras.
“La Ley de Góndolas se trata de un gran paso para que las pymes accedan a las grandes tiendas, que amplíen sus puntos de venta, para poner en funcionamiento el mercado interno y terminar con la distorsión de precios que existe por la falta de competencia, la elevada concentración de oferta y la posición dominante de grandes empresas”, concluyó el presidente de CAME.