Chile buscará repatriar del Museo Británico una estatua milenaria

La escultura mide casi dos metros y medio de altura y está tallada en basalto y piedra.

El Hoa Hakananai’a, que en español significa amigo perdido o robado, es una de las piezas más populares del Museo Británico. La estatua mide 2,4 metros de altura y su frente protuberante y ojos profundos son el telón de fondo para miles de selfies de turistas cada año.

Sin embargo, el gobierno de Chile ahora ha dicho que formará un comité para intentar recuperar la estatua de mil años de antigüedad para los rapa nuis, el pueblo indígena de la Isla de Pascua.

La acción de Chile para defender la causa del pueblo rapa nui llega cuando los museos europeos están ante una presión cada vez mayor para repatriar objetos a sus países de origen. Por ejemplo, el presidente francés, Emmanuel Macron, recientemente designó a dos asesores para planear cómo se devolverán ciertos objetos luego de declarar que “el patrimonio africano no puede ser prisionero de los museos europeos”.

“Creemos que es de gran valor presentar objetos de todas partes del mundo al lado de las historias de otras culturas en el Museo Británico”, dijo una vocera del museo en una declaración por correo electrónico.


Jo Anne Van Tilburg, arqueóloga y directora del Proyecto de Estatuas de la Isla de Pascua, la iniciativa de investigación de más larga data sobre los moáis, dijo en una entrevista telefónica que infantes de la marina británica fueron guiados a una región sagrada de la isla en 1868 y que dentro de un edificio encontraron el Hoa Hakananai’a enterrado hasta el torso. Lo adquirieron por medio de trueque y arrastraron hasta su barco en una procesión liderada por un cacique que bailaba, dijo Van Tilburg. “No obstante, esto sucedió en un contexto en el que los rapa nuis estaban gravemente privados de recursos”, agregó.


No obstante, dijo que no tiene clara todavía la respuesta a la pregunta de si la estatua debe devolverse, dado que ese moái funciona de cierta manera como un embajador de la cultura rapa nui.

Fuente: La Nación