El virólogo Julian Tang, consultor de la Leicester Royal Infirmary, señala que la principal transmisión es cuando exhalamos al hablar. Recomienda mantener siempre distancia y usar tapabocas de buena calidad más que enfocarse en la limpieza frenética de los objetos.

Un nuevo estudio publicado este jueves en la revista de la Asociación Médica Británica vuelve a poner el foco en la transmisión del coronavirus a través de los “aerosoles” que expulsamos al hablar y advierte que los esfuerzos por combatirlo deben estar puestos en ventilar los ambientes y mantener lo que denominan “distancia aliento-ajo”.

“Cuando hablas con un amigo o compartís el mismo aire con el que escuchas hablar a tu amigo, lo llamamos la distancia aliento-ajo. Entonces, si podés oler el almuerzo de tu amigo, estás inhalando un poco de ese aire, así como cualquier virus que se inhale con él”, gráfico el virólogo Julian Tang, consultor de la Leicester Royal Infirmary y principal autor de un nuevo estudio publicado este jueves en la revista de la Asociación Médica Británica (BMJ).

El estudio vuelve a poner el acento en la transmisión de coronavirus a través de los aerosoles que exhalamos al hablar y recomienda espacios y usar tapabocas de buena calidad más que enfocarse en la limpieza frenética de los objetos

“La forma en que este virus se transmite es realmente a través de la distancia al interactuar con otra persona cuando se mantiene una conversación a menos de un metro”, aseguró Tang en una entrevista al canal de televisión británico Sky News.

Allí, agregó que “mejorar la ventilación de los interiores y la calidad del aire en el ambiente, especialmente en los entornos sanitarios, laborales y educativos, nos ayudará a todos a estar seguros, ahora y en el futuro”.

Cuando se le preguntó si centrarse en el lavado de manos y la desinfección de las superficies era un error, dijo que poner el énfasis en eso no era correcto.

En ese sentido, sostuvo que “el mensaje manos, cara, distancia”, debería ser realmente “distancia, distancia, manos”, aseguró el científico que instó a los gobiernos a centrar sus esfuerzos en ese sentido.Como ejemplo, dijo que la gente debería aplicar la prueba del “aliento a ajo” para medir si alguien está demasiado cerca y podría transmitir el virus.

Aseguró además que cubrirse la cara está bien y el distanciamiento social también, pero el aire en el interior de los ambientes debe mejorarse y sugirió abrir las ventanas para ventilar.

“Si lo piensas, si quemas tu tostada en la cocina, si abres las ventanas y puertas traseras, se despeja muy rápido”, puso como ejemplo el científico, quien agregó que este ha sido un punto muy importante que fue bastante pasado por alto.

Según Tang, la ventilación siempre se ha integrado en las pautas y los protocolos que se compilaron al comienzo de la pandemia sobre la evaluación de riesgos y que informaron en gran medida la orientación del Gobierno y fue una “práctica común” en los hospitales durante mucho tiempo.

En el artículo publicado este jueves por la BMJ, escrito también por expertos de la Universidad de Leicester, la Universidad de Hong Kong, Napier de Edimburgo y Virginia Tech en los Estados Unidos, explicaron que “las partículas en suspensión más pequeñas pueden permanecer en el aire durante horas y enfatizaron en la importancia de la transmisión del virus por aerosoles.

Los aerosoles son partículas que están suspendidas en el aire y al respirar, hablar, cantar, toser o estornudar, las gotitas respiratorias emitidas se mezclan en el aire circundante y forman un aerosol

“Es mucho más probable que las personas se infecten en una habitación con ventanas que no se pueden abrir o sin ningún sistema de ventilación”, subrayaron.

Para los expertos es importante saber, que si una persona puede inhalar partículas, independientemente de su tamaño, está respirando aerosoles y aunque esto puede ocurrir a larga distancia, es más probable que ocurra cuando se está cerca de alguien.

“Los aerosoles entre dos personas están mucho más concentrados a corta distancia, de forma similar a cuando se está cerca de alguien que fuma. Las personas infectadas con coronavirus producen muchas pequeñas partículas respiratorias llenas de virus al exhalar”, dice el estudio.

Según los expertos, algunas de ellas serán inhaladas casi inmediatamente por las personas que se encuentren a una distancia típica de conversación “de corto alcance” de menos de un metro, mientras que las restantes se dispersarán a distancias más largas para ser inhaladas por otras personas alejadas a más de dos metros.

También recomendaron que para garantizar la sustitución o limpieza del aire, además de abrir las ventanas, es conveniente instalar o mejorar la ventilación y el sistemas de aire acondicionado.

También hicieron hincapié en el uso de barbijos o tapabocas de buena calidad para obtener una protección eficaz contra los aerosoles inhalados.

“Las mascarillas suelen impedir que las gotas grandes caigan en las zonas cubiertas de la cara, pero las partículas diminutas del aire pueden encontrar su camino por cualquier hueco. Para eso se necesita usar barbijos de buena calidad con una gran eficacia de filtración y un buen ajuste”, alertaron.

Según concluyeron los expertos, es muy posible que el coronavirus se convierta en algo estacional y tendremos que convivir con él como lo hacemos con la gripe.

“Se necesitan entornos interiores más seguros, no sólo para proteger a las personas no vacunadas y a aquellas a las que les fallan las vacunas, sino también para disuadir a las variantes resistentes a las vacunas o a las nuevas amenazas que pueden aparecer en cualquier momento”, agregaron.