El agua, la humedad y el calor constituyen el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias y hongos que pueden afectar la flora habitual de la piel que recubre el conducto auditivo externo. Para evitar posibles inflamaciones o infecciones, el Hospital Británico brindó algunas recomendaciones para mantener óptima la salud auditiva.
La Dra. Liliana Tiberti, jefa del Área de Otología del Hospital, explicó que “la otitis externa asociada a las piletas o al verano se produce por la presencia de excesiva humedad en el conducto auditivo externo”, y continuó: “es más frecuente en período estival debido al mayor contacto con el agua. Además, los productos utilizados para el mantenimiento de las piletas (cloro, alguicidas, decantadores, etc.) resultan irritantes para la piel, provocando micro erosiones que representan la puerta de entrada de las bacterias. Las personas que padecen de lesiones crónicas de la piel en el pabellón (oreja) presentan predisposición para estos cuadros, debiendo evitar la entrada de agua”, afirmó la especialista.
La otitis se caracteriza por provocar un dolor intenso, que aumenta al tocar la aurícula, generar edema en el conducto y supuración. No suele presentar cuadro febril.
Es importante que un especialista realice un examen clínico. En caso de no poder concurrir inmediatamente al médico, se recomienda no colocar medicación local (gotas), solo administrar medicamentos para calmar el dolor, como un analgésico por vía oral. En caso de supuración purulenta, un especialista puede indicar antibióticos por vía oral (cefalosporina), y en ocasiones corticoides.
En pacientes diabéticos o inmunosuprimidos es fundamental descartar otitis externa maligna, ocasionada por una pseudomona, que puede poner incluso en riesgo la vida.