Cómo la matemática podría dar cuenta de los múltiples contagios de viruela del mono

"A partir de modelos matemáticos que se utilizan en la epidemiología, se pueden intentar explicar el crecimiento de casos”, indicó la doctora Paula Bergero.

Paula Bergero, investigadora del CONICET sobre modelos matemáticos aplicados a distintas enfermedades, repasa las hipótesis y posibles escenarios que expliquen el aumento de casos de la viruela del mono, cuyos contagios aumentaron drásticamente en el último mes y que mantiene en alerta a la comunidad científica.

El surgimiento de múltiples casos de la viruela del mono en tan poco tiempo y en tantos lugares a la vez encendió las alarmas de especialistas y de la comunidad epidemiológica. Durante el último mes, se presentaron más casos de este tipo de viruela que en toda la última década y, además, la enfermedad apareció en más de 20 países a la vez cuando, en las últimas décadas, solo había habido casos en cuatro países fuera de África.

¿Puede la matemática dar algunas respuestas a estos escenarios de multiplicidad de casos? “Si bien el riesgo de contagio de la población no cambió, a partir de modelos matemáticos que se utilizan en la epidemiología desde hace mucho tiempo se pueden intentar explicar estos fenómenos”, explicó a la Agencia CTyS-UNLaM Paula Bergero, investigadora adjunta del CONICET.

Doctora en Física y con un amplio recorrido en el estudio de modelos matemáticos aplicados a distintas enfermedades –fiebre amarilla, dengue, tos convulsa, influenza y COVID-19, entre otras- Bergero detalló que el aumento de casos de la viruela del mono, que se puede transmitir tanto de animales a humanos como de humano a humano, podría deberse a tres hipótesis. “Todas ellas sometidas, todavía, a muchos análisis y estudios, porque estamos hablando de un fenómeno muy reciente”, aclaró.

La primera de ellas, barajada por la comunidad científica, es que el virus habría mutado o cambiado, haciéndose más transmisible, aunque los primeros análisis filogenéticos realizados por el campo de la virología demostrarían, en primera instancia, que se trata del mismo virus. La segunda hipótesis es que la circulación masiva del SARS-CoV-2 habría dejado a las personas inmunodeprimidas, afectando a una parte del sistema inmune.

“Para la tercera hipótesis, hay que tener en cuenta que la viruela humana es parte de la misma familia que la viruela del mono. De hecho, la vacunación contra la primera otorgaba una protección del 85 por ciento para la segunda. Al erradicarse la viruela humana en la década del ’80 y al haberse suspendido la vacuna, la fracción de personas protegidas es cada vez más bajo, rompiéndose la inmunidad de rebaño”, profundizó Bergero.

La investigadora aclaró que estos escenarios se dan en países donde la viruela del mono no es endémica, sino donde el contagio se produce, mayormente, de humano a humano. “También hay que tener en cuenta que podríamos estar, y hablando de forma muy especulativa, frente a algunos eventos denominados ‘superpropagadores’, tal como ocurre con el coronavirus. Es decir, situaciones donde una sola persona transmita el virus a muchas otras. Es otro escenario que aun debe ser estudiado y analizado”, agregó.

“Sin duda, el aporte de los modelos matemáticos es muy importante, porque te permite describir e intentar proyectar escenarios epidemiológicos para prever situaciones. En el caso de los modelos SIR, por ejemplo, se ubica a la población en distintos tipos de casilleros, se agrega el patógeno y sus características como parámetros -cuán rápido se transmite, cuánto lleva la recuperación, si la inmunidad se mantiene o no, etc.- y te da un panorama a grandes rasgos”, sostuvo la investigadora.

La viruela del mono, bajo la lupa

Producida por un virus, la viruela del mono es una enfermedad zoonótica selvática. Se identificó en la década del ’60, empezando verse casos, mayormente en África Central, en la década siguiente. Según la comunidad científica, tiene dos mecanismos conocidos de transmisión: de roedores o primates a personas y de persona a persona.

“En este último caso, el contagio se da a través del contacto cercano, de gotas respiratorias, de sangre, fluidos y las típicas heridas cutáneas. No es una enfermedad de transmisión sexual”, aclaró Bergero.

Cabe destacar que, tras la confirmación del caso sospechoso en Argentina, desde el Ministerio de Salud de la Nación recomendaron que “toda persona que presente síntomas compatibles y antecedentes de viaje a zonas donde está habiendo casos y/o supone alguna exposición de riesgo con casos sospechosos, tome medidas de aislamiento social, implemente medidas de protección respiratoria (uso adecuado de barbijo, ambientes ventilados y distancia de las otras personas) y realice la consulta con el sistema de salud de forma inmediata”.

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)