Las altas temperaturas generan su uso continuo en oficinas y hogares. Expertos en medicina respiratoria explicaron la forma de utilizar los sistemas de refrigeración en forma óptima y evitar los efectos irritantes del frío artificial
El uso del aire acondicionado plantea eternas peleas o diferencias entre las personas. Como el mate dulce o amargo, hay quienes se siente bien utilizándolo a 24 o 25 grados y hay quienes si no está en 18 grados, protestan porque tienen calor.
La llegada del verano y las altas temperaturas implica un desafío permanente a la hora de sentirnos bien, rendir en forma óptima y no padecer un estado de cansancio y agotamiento continuo que nos aplasta frente a una ola de calor extenuante, como la que sucedió en los últimos días en casi todo el país.
Ante esta situación, prender el aire acondicionado es casi una necesidad básica indispensable, para quienes pueden acceder a su uso. Sin embargo, la exposición prolongada al aire acondicionado puede traer complicaciones de salud: la falta de mantenimiento en los filtros, la inadecuada ventilación o los cambios bruscos de temperatura son problemas que pueden derivar en resfriados, laringitis, faringitis, sinusitis, crisis de alegrías, broncoespasmos y hasta neumonías.
“Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad al ambiente y tienden a acumular polvo u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Los problemas más graves se relacionan con los gérmenes acumulados en los filtros sucios del aire acondicionado cuando no hay un mantenimiento adecuado. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias”, explicó a Infobae la doctora Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Hospital de Clínicas.
Y agregó: “El uso inadecuado del aire acondicionado provoca un aumento que puede llegar hasta un 20% de episodios de irritación, inflamación e infección de las vías respiratorias”. La experta en enfermedades respiratorias indicó los riesgos sobre la salud respiratoria en el uso del aire acondicionado.
“Tener la temperatura del aire demasiado baja, junto a un inadecuado mantenimiento del aire acondicionado, puede llevar a determinados trastornos. Una temperatura del aire inferior a los 20 grados en el verano, afecta el sistema respiratorio superior, que comprende tanto la mucosa de la nariz y de la faringe, afectando también la laringe, la tráquea, los bronquios”, afirmó Putruele.
“Las personas que tienen alguna comorbilidad como asma bronquial, pueden presentar síntomas de inflamación de la mucosa con tos seca y aparición de falta de aire con sibilancias. También el aire acondicionado puede traer a nivel respiratorio cuadros leves de laringitis, sinusitis, faringitis. Y yéndonos a mayor gravedad, pueden producir neumonía en aquellos pacientes predispuestos o con la inmunidad deteriorada. Los pacientes con patologías respiratorias crónicas, los niños, los ancianos, son los más susceptibles a presentar síntomas de irritación e inflamación de la vía aérea”, completó la experta neumonóloga.
“Las personas con enfermedades respiratorias como asma o Epoc, y que tienen muchísima tos por diferentes motivos, deberían cubrirse con un barbijo livianito cuando hacen un cambio brusco y no sufrir este cambio tan intenso, tan brusco, que eso sí puede traer dolor de garganta”, sostuvo.
Cuando el aire acondicionado está sucio
“Cuando el mantenimiento del aire no es el adecuado se forman acúmulos de agua que pueden originar, contaminación con hongos. Estos hongos pueden diseminarse en el aire que respiramos y producir inflamación del tejido pulmonar, que lo denominamos desde el punto de vista neumonológico como una alveolitis alérgica extrínseca”, precisó Putruele.
“También hay una bacteria que ya hemos mencionado varias veces, que es la Legionela, que es una bacteria responsable de neumonías y hongos aspergillus, tanto el Níger como el Fumigatus que pueden causar rinitis, asma y neumonitis por hipersensibilidad. Entonces, entre las especificaciones concretas recomendadas por la mayoría de los médicos neumonólogos es que la temperatura debe mantenerse entre 22 y 24 grados y los niveles de humedad entre 35 y 60 %. Por eso son importantes los sistemas nuevos que tienen esa función para la humidificación”, aclaró la experta.
Por eso, apuntó que es clave realizar un adecuado mantenimiento de los aparatos de aire acondicionado para evitar la proliferación de zonas húmedas. “Mantener los filtros limpios es importantísimo ya que los mismos traen partículas de polvo y gérmenes ante síntomas leves como estornudos, congestión nasal. El dedicarle unos minutos para limpiar bien los filtros, lavarlos con una esponjita una vez por mes, fundamentalmente en épocas de verano, es importante y una cosa que no todo el mundo hace”, apuntó.
Otro tip importante que remarcó Putruele es evitar un descenso brusco de la temperatura del ambiente. “La transición de frío-calor debe ser gradual intentando que en el interior y en el exterior no haya más de 15 grados de diferencia”, afirmó y validó el buen uso del aire acondicionado “es importantísimo, sobre todo con estas temperaturas tan extremas”.
Por último, la experta recomendó que el aire acondicionado no dé directamente en la cara. “Hay gente que usa el aire a determinado nivel, en el cual llega profundamente tanto a la boca, a la nariz y trae todos estos síntomas que hemos mencionado”, recordó Putruele.
Según explicaron los doctores Sergio Zunino (MP 88737) y Martín Maillo (MP 3635) de la sección de Inmunología y Enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), “la vía aérea superior y la nariz tienen como objetivo calentar, filtrar y humidificar el aire que inhalamos, hecho que se vuelve más difícil en un ambiente acondicionado por un aparato, donde el aire se enfría y pierde humedad. Está claro que el abuso de este tipo de aire expone al cuerpo a mayor susceptibilidad para desencadenar, por ejemplo, dolor de garganta, rinitis, tos, broncoespasmo, sequedad de mucosas e infecciones”.
Y apuntaron 5 recomendaciones para usar el aire acondicionado sin dañar nuestra salud, con la importante mención de que las mismas son de cuidado general y no tienen en cuenta los aspectos individuales que deben ser evaluados según cada paciente. En el caso de sentir molestias recomendaron consultar al médico.
- Mantener y limpiar equipos y filtros de aire acondicionado, al menos una vez al año, para disminuir la exposición a alérgenos y acumulo de gérmenes.
- Evitar la exposición directa, teniendo en cuenta las horas del sueño, donde la exposición puede ser más prolongada y sin control (Utilizar la función sleep en caso de tenerla).
- Realizar intervalos en los que el aire acondicionado esté apagado, para ventilar el ambiente y reducir la sequedad producida por el mismo.
- Tratar de mantener la temperatura ambiente entre los 24 y 26 grados, ya que es la diferencia de temperatura con el exterior lo que provee confort.
- Beber agua o jugos de frutas no solo ayudará al organismo en general, sino que también facilitará la hidratación de las vías respiratorias.
Por Víctor Ingrassia