Tres científicos fueron galardonados por la Academia Sueca. La estadounidense Frances Arnold trabajó sobre las enzimas.
La capacidad de aprovechar el poder de la evolución para lograr beneficios para la humanidad. Eso fue lo que se premió con el Nobel de Química 2018, que fue concedido por un lado a la estadounidense Frances Arnold por su trabajo sobre la evolución dirigida de enzimas y por otro, de forma conjunta, al estadounidense George Smith y al británico Gregory Winter, a los que se reconoce por la presentación en fagos de péptidos y anticuerpos. Los métodos que desarrollaron los científicos pueden generar biocombustibles, medicamentos y anticuerpos de uso terapéutico.
Smith creó un procedimiento en el que se utilizan bacteriófagos (virus que infectan bacterias) para desarrollar nuevas proteínas. Winter utilizó ese método, conocido como “phage display” (presentación en fagos), para la evolución dirigida de anticuerpos con el objetivo de producir nuevos fármacos. El trabajo de estos científicos ha ayudado a producir anticuerpos que pueden neutralizar toxinas, contrarrestar enfermedades autoinmunes y curar el cáncer metastásico.
El primer fármaco basado en su método, adalimumab, fue aprobado en 2002 y se usa para tratar la artritis reumatoide, la psoriasis e inflamaciones intestinales.
De Marie Curie a hoy
Hay ideas preconcebidas con respecto a la Química: muchos se imaginan el tubo de ensayo, la probeta y una persona despeinada en el laboratorio trabajando en eso. Esa no es la química que se hace hoy, afirma Virginia Albarracín, bióloga, doctora en Bioquímica e investigadora del Conicet a cargo del Centro Integral de Microscopía Electrónica. Luego se explaya y dice que hoy se puede hacer química desde una computadora. Y justamente es lo que está realizando en este momento en Brasil: cursa un postgrado sobre la técnica del Nobel del año pasado (CryoEM). Y para estudiar las proteínas está usando una computadora como principal herramienta.
Es imposible no mencionar a Marie Curie, que descubrió el polonio y el radio, cuando se habla de química. Albarracín sostiene que la científica polaca (nacionalizada francesa) es sin duda el modelo de “la” química.
Fuente: La Gaceta