Por Daniel Armando Vogel | DIRECTOR – Esta semana, todos nos acordamos de aquellos aciagos días donde salidos de una absurda guerra que quiso tapar la locura de la dictadura, recuperábamos la democracia. En realidad, este “festejo” se dará el próximo 10 de diciembre, a 35 años de la asunción de Raúl Ricardo Alfonsín al gobierno después de los gobiernos militares que sucedieron a la derrocada María Estela Martínez de Perón.
Pero había ganado un 30 de octubre el hombre que supo conquistar el corazón y voluntad del pueblo recitando como cierre de sus discursos, el preámbulo de la Constitución.
Quien supo captar la atención de todos con el popular saludo de las manos unidas por sobre uno de sus hombros, mientras desplegaba una amplia sonrisa enmarcada en tupido bigote. La Democracia entonces era un sueño. Y todos queríamos soñarlo.
Escuchábamos que con “ella” se comía, se curaba, se educaba…, entre otras importantes cosas que nos haría recuperar, entre la que se encontraba la más preciada de todas, las garantías constitucionales y la libertad.
Pero, a tres décadas y medias de iniciado el sueño, hoy nuestros lectores, opinantes de la encuesta semanal en la web de EL DEBATE, creen que la Democracia como sistema aún tiene deudas pendientes en 8 de cada 10. Es que “ella” es una virtud, de los países desarrollados, cosa que aún mucho nos falta andar, para lograrlo.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...