Por Eduardo Rivas – Cuando se habla del financiamiento de los partidos políticos se suele mencionar la cuestión de los aportes de empresarios y ciudadanos, pero poco se habla de un financiamiento más indirecto, pero igual de nocivo cuando debiera tener la transparencia que la cuestión requiere.
Lo dijimos días atrás cuando comentamos la visita de Tolosa Paz a Zárate, los actos de gobiernos se transforman en actos de campaña porque lo candidatos, la mayoría de ellos ocupando espacios en la estructura estatal, dedican parte de su tiempo de trabajo, pagado por todos los vecinos, en pos de su propia campaña.
Algunos lo hacen de manera más solapada, como tal este caso de Tolosa Paz o Cáffaro, algunos de manera más descarada.
Entre estos últimos hay que contar al Embajador de la República Argentina en la República Federativa del Brasil, Daniel Osvaldo Scioli, quien se la pasa paseando por nuestro país fomentando su pre candidatura presidencial mientras sigue cobrando por un trabajo que no hace.
Scioli no puede ser embajador argentino en Brasil y recorrer el país haciendo campaña electoral, eso también es gozar del financiamiento público de la política, financiamiento que por cierto no es legal. Se le paga por hacer un trabajo que no hace, se le paga para que pueda dedicarse a la campaña electoral.
De igual manera el uso de los activos públicos que realizan muchos de los de cabotaje local, como los gobernadores que van de pre candidatos, como Gerardo Morales de Jujuy entre ellos.
Y algo similar ocurre en los distritos… aunque de manera más sutil. ¿Cómo encarar una campaña electoral si uno debe ‘hacer política’ al salir de su trabajo mientras hay quienes viven de ‘hacer política’?
Sin embargo, nadie cuestiona ese financiamiento de la política, y sin sumar por supuesto la estructura de la que goza un funcionario público, tanto de personal y vehículos, como de ‘herramientas’, que es dinero que hay que obtener para quien decide ‘dar pelea’. Basta ver los ‘militantes’ que, a cambio de un sueldo como empleado, propalan las ideas de su patrón.
Si coincidimos entonces en lo desigual que es la competencia imaginemos entonces cuando uno de los contendientes lleva mucho tiempo en la función pública y se presenta una vez más y por enésima vez, a la reelección.
Años atrás el Concejo Deliberante había decidido de manera mancomunada suspender las sesiones para que muchos de sus integrantes pudieran dedicarse a sus campañas electorales. Obviamente esto no incluyó la suspensión de sus dietas. Siguieron cobrando sin trabajar y no se les movió un pelo ni a los concejales ni a la población que hace sus aportes.
¿Qué ocurrirá este año en el que, al parecer, muchos ediles buscarán renovar sus bancas y algunos intentarán competir por la Intendencia?
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS