El presidente del CICACZ, Gabriel Cerasa, con motivo de conmemorarse el Día Nacional de la Conciencia Ambiental, se refirió a la importancia de sostener prácticas y actitudes responsables “en lugar en el que nos toca vivir”.

El pasado 27 de septiembre se conmemoró el Día Nacional de la Conciencia Ambiental, fecha relevante en el calendario anual ambiental y además muy importante en cuanto a su significancia. Este día tiene como objetivo el impulso de prácticas y actitudes responsables a la hora de relacionarse con el ambiente, teniendo en cuenta la importancia de las personas, quienes con sus acciones influyen en forma directa en él.

La elección de esta fecha quedó establecida a partir de la sanción de la Ley 24.605 en 1995, en recuerdo a la tragedia ocurrida ese mismo día en 1993, debido a un escape de gas cianhídrico en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.

Es en el marco de esta importante conmemoración, es que el Ing. Gabriel Cerasa, presidente del CICACZ, reflexionó: “La conciencia ambiental la podemos definir como la convicción de una persona, de una organización, de un grupo o una sociedad entera, de que los recursos naturales deben protegerse y usarse racionalmente en beneficio del presente y el futuro de la humanidad”.

Luego, agregó: “Este día nos invita a recordar la importancia que tiene tener presente que las normas ambientales deben respetarse siempre y en todo lugar. De su cumplimiento depende la vida de las personas, así como el cuidado y la calidad del ambiente, el cual repercute a su vez en la salud del conjunto de la población. Tengamos en cuenta que somos nosotros los principales artífices de ello”, agregó.

“El medio ambiente –añadió- atraviesa un momento crítico, en un contexto marcado por la disminución de la biodiversidad, la perdida de espacios verdes urbanos y los incendios de humedales, entre otras cosas, además el cambio climático. Todo ello ha colocado en estado de alerta a todo el planeta.”

“La Conciencia Ambiental implica conocer qué es el ambiente, cuáles son los problemas ambientales contemporáneos y qué podemos hacer cada uno desde nuestro lugar. Es fundamental tener conciencia de la conveniencia de actuar con respeto y compromiso hacia el lugar en el que nos toca vivir, teniendo siempre presente que el daño que le hacemos al ambiente nos lo hacemos a nosotros mismos y a las generaciones futuras”, cerró Cerasa.

Es bajo estas convicciones que el CICACZ viene desarrollando cada una de sus diferentes actividades, tanto en lo relacionado al monitoreo de diferentes variables ambientales, como así también en el fuerte trabajo llevado a cabo en lo relacionado con la educación ambiental y el compromiso de las empresas que forman parte del mismo en procurar un ambiente mejor para todas, actuando en sus procesos de manera eficiente y sustentable y con la mejor tecnología disponible.