Respetar la cultura islámica, utilizar vestimenta “conservadora”, recordar que el consumo de alcohol no está bien visto en el país y que homosexualidad es un delito en el emirato, algunas de las consideraciones que deberán tener en cuenta alrededor de 40.000 compatriotas que asitirán al evento para evitar penalidades, señaló a Télam Guillermo Nicolás.
El embajador argentino en Qatar, Guillermo Nicolás, estimó este sábdo que entre 35.000 y 40.000 compatriotas llegarán al país árabe por el Mundial de la FIFA y les recomendó “respetar la cultura” islámica para evitar comportamientos que puedan “incomodar” y derivar en “penalidades”.
El funcionario sugirió la utilización de “vestimenta conservadora”, recordó que “el consumo del alcohol no es parte de la cultura qatarí” y avisó que “la homosexualidad es un delito” en el emirato, por lo que desaconsejó “toda manifestación pública de conductas que se aparten de nociones tradicionales heterosexuales”.
Del mismo modo, el diplomático alertó que el uso de drogas prevé “penas altísimas, incluso cárcel y deportación”, sin distinción entre la figura de tráfico o consumo personal.
En una entrevista exclusiva con Télam, a días de su asunción, Nicolás destacó la condición “amable y hospitalaria” de los qataríes pero insistió en la necesidad de acatar las normas previstas en la sharía, el sistema legal islámico.
El embajador informó que los argentinos que viajen a Qatar “no necesitan visa” de ingreso y se comprometió a brindar un “operativo consular de presencia permanente” durante la Copa del Mundo programada del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Nicolás, de 56 años, licenciado en Ciencias Políticas, asumió la Embajada el 9 de agosto pasado, tras una extensa trayectoria en el ámbito de las relaciones exteriores. Desde 1993, prestó servicio en Turquía, Líbano e Irán, entre otros países.
– ¿Cómo se prepara Qatar para recibir un megaevento como el Mundial de la FIFA?
– Qatar es un país pequeño con una superficie de 11.580 kilómetros cuadrados, aproximadamente, lo que significa la mitad de la provincia de Tucumán. Y a la vez es prácticamente una sola ciudad, si consideramos que buena parte de la superficie es desierto o terreno difícil de habitar. Se calcula que 1,5 millones visitarán el país, cuya población total es alrededor de 2,8 millones de habitantes. Los preparativos han sido intensos desde el momento que se decidió la sede. Además de la construcción de los estadios, se ha mejorado notablemente la infraestructura, las comunicaciones y el transporte. La fisonomía de Doha y el país ha cambiado mucho.
– Una de las mayores preocupaciones reside en la estructura hotelera. ¿Cuál es la realidad en ese sentido?
– Dado el tamaño de Qatar y su población, la capacidad hotelera es relativamente limitada. La previsión que hizo el Comité Supremo Organizador es llegar a las 130.000 o 140.000 plazas de alojamiento. Además de los hoteles, hay otras posibilidades como las tiendas en el desierto y se habilitó a la población qatarí a dar alojamiento a eventuales visitantes. De todas maneras, si analizamos las cifras, vemos que de 140.000 plazas a 1,5 millones de visitantes hay una diferencia importante, por lo que existe la posibilidad de alojarse en países vecinos y desplazarse por vía aérea los días de partidos. Hasta la fecha se preveen unos 160 vuelos diarios entre Qatar con Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Omán y Kuwait, que serían los cuatro países donde se podrían alojar la mayor cantidad de asistentes al Mundial.
– La alternativa de hospedarse en el desierto genera mucha curiosidad. ¿Qué información tiene al respecto?
– Cuando uno escucha ‘carpa en el desierto’ imagina una carpa como la de alguna película, con escasísimas comodidades y todo muy espartano. Pero es todo lo contrario: van a ser carpas muy confortables, con aire acondicionado y todos los servicios. Estarán relativamente cerca de Doha, la mayoría al sur de la ciudad, a una distancia no mayor de 25 o 30 minutos en transporte.
– ¿Cómo es el sistema de transporte en la ciudad?
– El sistema de transporte fue una de las premisas destacadas por los organizadores de la Copa del Mundo. Doha tiene un sistema de transporte público integrado con tren, subte, tranvía y colectivos, que permite llegar a los principales sitios de la ciudad. El transporte más rápido será el subte, que es completamente nuevo. Tiene tres líneas con 37 estaciones, que cubren alrededor de 76 kilómetros y todas convergen en el centro de Doha. El subte va a permitir llegar a todos los estadios y será gratuito los días de partido con la tarjeta Hayya, que deben obtener de manera online todos los visitantes., con dos requisitos: disponer un ticket para un juego más un voucher de alojamiento. El resto de los días el servicio habrá que pagarlo y el costo aproximado será de medio dólar por pasaje.
– ¿La tarjeta Hayya funciona como una visa de ingreso?
– No, es un permiso de ingreso pero no reemplaza la visa. En el caso de los argentinos, no necesitamos visa de ingreso. Hubo un acuerdo de supresión de visa para viajeros con fines turísticos en 2017. Desde entonces no es necesario obtener visa ni para los qataríes ni para los argentinos.
– ¿Qué servicios brindará la embajada argentina durante el Mundial?
– Principalmente nos vamos a enfocar en la protección consular de los argentinos, va a existir una oficina consular en la Embajada pero también habrá presencia en diversos puntos de Doha. El operativo de asistencia contempla la presencia permanente de representantes consulares en otros lugares a definir, muy probablemente en el centro de la ciudad y en un espacio argentino que va a existir en el Fan Zone. Tendremos además un consulado móvil que se desplazará a los estadios en los que juegue la Selección. No descartamos que pueda haber otro en el aeropuerto o en el puerto.
– ¿Cuántos argentinos llegarán a Doha?
– Se estima entre 35.000 y 40.000 argentinos. Es una cifra aleatoria porque es difícil saber cuántos lo harán desde Europa, Medio Oriente y Asia.
– ¿Cómo imagina el choque cultural que supone la masiva llegada de personas del mundo occidental a un país árabe?
– Hay que tener en cuenta que el Islam es la religión oficial de Qatar y por supuesto tiene su propia legislación: la sharía. Esto implica dos cuestiones: los usos sociales y el sistema de penalidades que existe frente a determinados comportamientos.
– ¿Qué recomendaciones le haría a un argentino con intenciones de viajar al Mundial?
– Lo primero es partir de la base fundamental del respeto hacia otras culturas. La gente de Qatar es muy amable, muy hospitalaria y va a recibir de la mejor manera a los visitantes pero obviamente hay que tener en cuenta que, determinadas circunstancias que para nosotros pueden ser normales, a ellos les puede generar un grado de incomodidad. Por eso hay que evitarlas.
– ¿Podría dar algún ejemplo?
– Por ejemplo el tema de la vestimenta. Se recomienda prendas conservadoras, que cubran los hombros y el torso y que los pantalones o polleras sean por debajo de las rodillas. Está prohibido circular por la calle con el torso desnudo y los trajes de baño sólo pueden ser utilizados en las piletas de natación y las playas privadas.
– ¿En cuanto al consumo del alcohol?
– El consumo de alcohol no es parte de la cultura qatarí, está prohibido beber alcohol en la vía pública y mucho menos circular alcoholizado. Durante el Mundial, el consumo de bebidas alcohólicas sólo estará permitido en lugares habilitados: hoteles de primera categoría y algunos restaurantes y bares. Lo más habitual será encontrarse con hoteles o restaurantes donde no exista la venta de alcohol. En los supermercados tampoco se conseguirá.
– ¿Qué podría pasarle a una persona que la sorprenden tomando una lata de cerveza en la calle?
– Puede ser pasible de un arresto y la aplicación de una multa. Las autoridades qataríes han reiterado en numerosas ocasiones que las leyes restrictivas con respecto al consumo de alcohol van a permanecer y que la ley se va a aplicar.
– ¿Cuál es la situación en torno a las drogas de consumo personal?
– Nada de drogas, el consumo de drogas está totalmente prohibido y la ley es muy estricta en relación a las penas, tanto para el tráfico como para el consumo personal. No hay ningún tipo de atenuantes. Las multas pueden ser altísimas. Incluso se prevé cárcel y deportación.
– Otro tema que preocupa es el tratamiento que pueda recibir la comunidad LGTBIQ+
– La homosexualidad en Qatar es un delito. El concepto incluye, además, toda manifestación pública de conductas que se aparten de nociones tradicionales heterosexuales. Se deben evitar las muestras de afecto, el abrazo en la calle o el ir de la mano, tanto entre personas heterosexuales como homosexuales. También están prohibidas las relaciones sexuales por fuera del matrimonio.
POR FERNANDO BIANCULLI (TÉLAM)