Los embriones sintéticos podrían ser implantados en hembras de este animal y evitar así su desaparición.
Es la primera vez que se consigue crear embriones híbridos de esta especie y este hallazgo ofrece una pequeña luz de esperanza para salvar al rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum).
Embriones de rinoceronte fabricados en laboratorio
Un equipo de científicos italianos y alemanes ha logrado embriones híbridos de rinocerontes blancos del norte (Ceratotherium simum cottoni) y de rinocerontes blancos del sur (Ceratotherium simum simum) preparados para ser implantados en un útero de una hembra de este animal. Se trata del primer intento de fecundación artificial en rinocerontes.
Los científicos inyectaron esperma preservado de un rinoceronte blanco del norte masculino en huevos de rinoceronte blanco del sur femenino, una subespecie estrechamente relacionada. Lo hicieron a través de una inyección intracitoplasmática, que consiste en introducir los espermatozoides en el interior del óvulo. Los embriones se incubaron hasta que las células comenzaron a diferenciarse.
Este logro representa “uno de los pasos realmente cruciales” para conseguir que nazcan nuevos rinocerontes, comenta Jan Stejskal, coordinador de los esfuerzos de conservación del rinoceronte blanco del norte en Safari Park Dvůr Králové en la República Checa y coautor del estudio.
Los rinocerontes híbridos, si logran nacer, podrían servir para dos propósitos: ser madres sustitutas más compatibles para un posible embrión de rinoceronte blanco del norte ya que compartirán más ADN con los bebés. Y teóricamente, los híbridos podrían ser criados selectivamente con los genes del rinoceronte del norte, creando un rinoceronte blanco del norte puro, un proceso que tomaría muchas generaciones y abarcaría varias décadas, pero parece plausible.
Por ahora, otros científicos advierten contra el exceso de optimismo. “Salvar una especie o una subespecie requiere mucho más que ciencia”, dice Terri Roth, fisióloga de la reproducción animal en el Zoológico y Jardín Botánico de Cincinnati.
África se encuentra en medio de una epidemia de caza furtiva de rinocerontes. Thomas Hildebrandt, líder del trabajo, está de acuerdo. “El rinoceronte blanco del norte no se extinguió porque fallase en la evolución; falló porque no es a prueba de balas”, sentencia.
Fuente: Muy Interesante