El Gobierno nacional anunció la creación de un fondo de emergencia hídrica de $ 1.000 millones para asistir a provincias y localidades afectadas por la bajante histórica del Río Paraná, la peor en 77 años.
La medida fue definida durante una reunión del Comité de Crisis conformado para monitorear la situación celebrado el viernes, que fue encabezada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y de la que participaron la ministra de Seguridad, Sabina Frederic; el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, además de funcionarios de las carteras de Obras Públicas e Interior,
A través de la coordinación entre los distintos organismos, se analizaron escenarios posibles a corto y mediano plazo frente a la situación de emergencia por el déficit hídrico en la cuenca del Río Paraná, informó la Jefatura de Gabinete en un comunicado.
Ese curso fluvial alcanzó el jueves una marca de 18 centímetros a la altura del puerto de la ciudad de Santa Fe, la menor desde 1970, y descendió tres centímetros frente al puerto de Paraná, la capital entrerriana, donde se mantiene en -17 centímetros (debajo del nivel del mar), la peor situación desde 1944, cuando llegó a -1,40 metros, de acuerdo a las mediciones oficiales en ambos distritos.
En la bajante del Paraná, la más importante de los últimos 77 años, son factores determinantes el déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná y del río Iguazú, así como la sequía. Desde 2019 las precipitaciones en la cuenca han estado por debajo de las medias mensuales de los últimos 10 años, de acuerdo al comunicado gubernamental.
La mesa de trabajo, conducida por Cafiero, le asignó al Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), cuya secretaría Ejecutiva depende del Ministerio de Seguridad, la responsabilidad de centralizar la información técnica oficial, la realización de un análisis integral de la situación y el monitoreo en forma permanente de todos los aspectos que derivan de esta bajante a través del Sistema Nacional de Alerta Temprana y Monitoreo de Emergencias (Siname).
De esta manera se conforman mapas dinámicos de riesgo que permiten planificar con mayor eficiencia las acciones de apoyo y mitigación federal y la toma de decisiones.
A través de diferentes acciones, el Gobierno trabaja para mitigar las posibles consecuencias sobre la población y el ambiente en las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Misiones.
Como en todo proceso de bajante, se prevé la afectación sobre el abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema, la fauna íctica y la generación de energía hidroeléctrica, indicó el comunicado oficial.
El Ministerio de Obras Públicas destinará los recursos del Fondo de Emergencia Hídrica para trabajos en las tomas de agua sobre el río Paraná y arroyos interiores; la adquisición de bombas y dragados para tomas de agua, adecuación de canales, cañerías de conducción y aducción e impulso, y pontones para tomas temporarias, cuyo relevamiento está haciendo la Prefectura Naval Argentina (PNA).
Además, pondrá en marcha un Programa de Emergencia Hídrica que prevé verificar situaciones críticas que se produzcan en el territorio argentino a lo largo de los ríos Paraná, Iguazú y Paraguay, especialmente asociadas al abastecimiento de agua potable y generación de energía eléctrica.
Frente a la emergencia, el Ministerio de Ambiente incrementó la presencia de brigadas y medios aéreos e instaló un sistema de cámaras de detección temprana de humo y calor, ya que los incendios forestales y de pastizales en la zona del Delta se reproducen en invierno sólo cuando hay bajantes históricas.
Otra decisión del Comité de Crisis permanente fue definir una carga de datos homogénea de todos los organismos participantes, para el diseño de un mapa dinámico de riesgo con el evento especial “Bajante histórica”.