El coche eléctrico va ganando cada vez más terreno en el mercado. En enero de 2022 la Agencia Internacional de la Energía (IAE) anunció que el mercado de vehículos eléctricos aumentó del 4,1 % al 8,5 % a nivel global en el último año. Hay alrededor de 16 millones de coches eléctricos en circulación por todo el mundo. No todos los países han experimentado un aumento similar. Europa y China lideran el cambio, con cuotas de mercado del 16 % y 14 %, respectivamente. En EE. UU. apenas se ha logrado una cuota de mercado del 4,5 %.

A pesar de que el precio de un vehículo eléctrico es algo superior al del resto, ese gasto se rentabiliza -entre otras cosas- con las cargas de las baterías, ya que tienen un coste más bajo que los carburantes. Ahorro y sostenibilidad van de la mano en cuanto a la movilidad eléctrica.

El crecimiento ha sido especialmente impresionante en los últimos tres años, cuando la pandemia mundial redujo el mercado de los coches convencionales y cuando los fabricantes comenzaron a lidiar con los cuellos de botella de la cadena de suministro. En 2019, se vendieron 2,2 millones de coches eléctricos, lo que representa solo el 2,5 % de las ventas mundiales de automóviles. En 2020, el mercado automovilístico global se contrajo, pero las ventas de coches eléctricos contrarrestaron la tendencia, aumentando a 3 millones y representando el 4,1 % de las ventas totales de coches. En 2021, las ventas de coches eléctricos se duplicaron con creces hasta alcanzar los 6,6 millones, lo que representa cerca del 9 % del mercado mundial de automóviles y triplica su cuota de mercado de dos años antes. Todo el crecimiento neto de las ventas mundiales de coches en 2021 provino de los coches eléctricos.

El aumento de las ventas también estuvo impulsado por el fuerte incremento de la oferta: los fabricantes a finales de 2020 ofrecían 370 modelos eléctricos, lo que supone un incremento anual del 40 %.

En su informe anual sobre el mercado global de los vehículos eléctricos, la AIE avanzó que si los Gobiernos ponen en marcha las medidas adecuadas de apoyo, para 2030 podría haber hasta 230 millones de coches eléctricos en el mundo (un 12 % del total), frente a la cifra de 145 millones que apunta el ritmo actual (7 % del parque).

La cifra de 230 millones de vehículos eléctricos se considera la mínima necesaria para cumplir los objetivos de los Acuerdos de París contra el cambio climático.

Con estas cifras delante, no es difícil convencerse de que el coche eléctrico es el futuro. La sociedad empieza a concienciarse de la contaminación que provocan los automóviles que se mueven con combustibles fósiles y, además, aunque los vehículos eléctricos tienen un coste algo superior, cargarlos es más económico que hacerlo con gasolina o gasoil. A esto hay que sumar que la adquisición de un vehículo eléctrico lleva implícito la disminución de los gastos vinculados al mantenimiento, el aparcamiento gratuito en zonas de estacionamiento regulado, la exención de peajes y otros beneficios fiscales asociados a algunos impuestos.

Precio de la electricidad y del combustible

El ahorro en combustible puede amortizar el precio de la compra de este tipo de coches. Con los actuales precios del diésel y de la electricidad, el coste es aproximadamente cuatro veces más caro. ,“Un coche diésel moderno tiene un consumo de más o menos 5 L/100km. Suponiendo un precio de 1.3 €/L de combustible, esto sería alrededor de 6.5 €/100 km, alrededor de 4 veces más caro que el vehículo eléctrico”, afirma Juan Manuel Paz, profesor del departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Málaga (España) e investigador en desarrollo de baterías de nueva generación y de sistema de reutilización y reciclaje de baterías secundarias y captura y conversión de dióxido de carbono (CO2).

Eso sí, para dar rigurosidad a este balance, según el experto, se ha de tener en cuenta el coste inicial de los vehículos, el coste de mantenimiento y reparación de los mismos, así como de las infraestructuras necesarias para poder cargar el vehículo en casa. “Para tener un coche eléctrico es necesario disponer de una plaza de garaje con acceso a estación de carga, y con la suficiente potencia. Para poder acceder a la carga a través de autoproducción (por ejemplo, por paneles solares) las infraestructuras son incluso más caras y de más difícil acceso”.

PRENSA BBVA